Washington.— Los republicanos tomaron ayer el control total del Congreso por primera vez en ocho años, en una jornada llena de solemnidad y politiquería bajo la cúpula del Capitolio. “Pondremos manos a la obra inmediatamente”, prometió el presidente del bloque mayoritario de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

John Boehner fue reelegido ayer como presidente de la Cámara de Representantes, pese a la resistencia del ala más conservadora de su partido. Boehner fue reelegido con un total de 216 votos para dirigir la Cámara Baja, mientras que 25 legisladores de llamada facción republicana Tea Party votaron en contra.

El grupo de opositores republicanos fue más del doble que la docena de legisladores que le retiró su apoyo en la votación para elegir al líder de la Cámara hace dos años, evidenciando las profundas divisiones en el partido.

La relación entre el presidente Barack Obama y los republicanos en el Congreso será complicada y de antagonismo, pese a que ofrece limitadas posibilidades reales de colaboración en los dos últimos años de su gestión, a decir de analistas y expertos.

El vicepresidente Joe Biden, en su calidad de presidente del Senado, inauguró la sesión juramentando a los senadores recién electos y reelectos.

Los republicanos ganaron nueve escaños en la Cámara Alta en la elección intermedia de noviembre pasado para obtener así la mayoría con 54 senadores, frente a 44 demócratas y dos independientes.

El nuevo líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, inició los trabajos legislativos en una sesión en la que el senador de Dakota del Norte, John Hoeven, presentó una iniciativa de ley para aprobar la controversial construcción del oleoducto Keystone XL.

El ducto transportaría más de 800 mil barriles de crudo desde Canadá hasta Louisiana en el Golfo de México. Sin embargo, el vocero presidencial Josh Earnest confirmó que “si la propuesta es aprobada por el Congreso, el presidente no la va a firmar”.

Earnest insistió en que la razón del veto responde al hecho de que existe un proceso de valoración para determinar los beneficios y perjuicios sobre la infraestructura del proyecto, algo que ha sucedido en administraciones anteriores con propuestas similares.

Agregó que a Obama le preocupa el impacto que el oleoducto tendría en el medio ambiente y que éste no representaría una fuente sustancial de creación de empleos para EU.

Explicó que lo que está deteniendo en estos momentos este proyecto es el hecho de que la ruta del oleoducto no ha sido concluida, además de que existe un proceso legal en curso en Nebraska respecto al tramo que se busca construir en ese estado.

Los republicanos esperan reunir 63 votos para la aprobación de la propuesta legislativa, pero no obtendrían los 67 necesarios para anular un posible veto de la Casa Blanca.

El ahora líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, quien resultó con fracturas en la cara tras sufrir en días pasados un accidente en el gimnasio, tuiteó que estaba “trabajando desde casa por órdenes del doctor”.

Alistan encuentro

En tanto, la Casa Blanca informó que Obama se reunirá con los líderes del Congreso el próximo martes. Los republicanos no ocultan sus intenciones de revertir algunos logros de política del mandatario. El propio Obama pareció lanzar la primera salva de advertencia al adelantar que usará más su poder de veto para defender los éxitos de su administración, en particular la reforma de salud.

La Ley de Salud Asequible es hasta ahora el mayor logro doméstico de Obama y uno que los republicanos buscarán socavar tras asumir ayer el control de las dos cámaras.

“No he usado mucho mi pluma desde que he estado en la presidencia. Sospecho que va a haber algunas veces donde voy a tener que sacar mi pluma y voy a defender las ganancias que hemos hecho en el cuidado médico”, dijo Obama en una entrevista con la National Public Radio (NPR). Aun así, indicó que existen ventanas de oportunidad para trabajar con los republicanos en el Congreso, en algunas áreas donde existen coincidencias.

Para Eusebio Mujal-León, profesor de ciencias políticas de la Universidad Georgetown, a pesar de las expectativas de Obama y el discurso mesurado de los líderes republicanos, el escenario es poco alentador a partir de la dinámica entre ambas facciones desde que Obama asumió la presidencia.

“Mi primera impresión es que va a haber más broncas, y el punto central de las broncas es que los republicanos van a utilizar el Congreso para tratar de someter al presidente ejerciendo el control financiero”, dijo en entrevista con Notimex.

Aunque los republicanos aceptaron aprobar el gasto de la totalidad de las agencias del gobierno, los fondos aprobados para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) se agotarán en febrero próximo.

La expectativa de los republicanos es utilizar la votación del presupuesto del DHS para el resto del año fiscal, para intentar bloquear las medidas de alivio migratorio ordenadas por Obama en noviembre pasado.

El DHS alberga a las agencias encargadas de la implementación de la política migratoria, incluida la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Oficina de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).

Para Mujal-Leon la reacción republicana a estas medidas no fue sorpresiva. “Todo lo que haga Obama que tenga alguna implicación financiera y donde ellos puedan controlar los gastos, ese va a ser terreno para la pelea”, precisó.

Poco después de que Obama anunció las medidas de alivio, Boehner dejó la puerta abierta a algún tipo de respuesta, aunque reconoció que las opciones son limitadas.

Alfonso Aguilar, quien se desempeñó como director del USCIS en el gobierno de George W. Bush, estimó que la cercanía de las elecciones presidenciales de 2016 forzará a los republicanos a presentar resultados.

“Creo que se va a lograr poco, pero algunas de las cosas pueden ser significativas, en particular dos temas que son la reforma migratoria y la reforma fiscal”, explicó en una entrevista por separado. Agencias