Washington.— En una resolución tan polémica como dispar, el Departamento de Justicia de Estados Unidos eximió ayer de responsabilidad judicial al policía blanco Darren Wilson, quien abatió al adolescente afroestadounidense de 18 años, Michael Brown, en un incidente que incendió las calles de Ferguson, en Missouri, en agosto de 2014.

Al mismo tiempo, el fiscal general de EU, Eric Holder, advirtió contra el exceso de violencia y discriminación racial que sólo ha acentuado la desconfianza y el resentimiento entre las minorías y cuerpos policiales. Anoche mismo, la resolución del Departamento de Justicia desató protestas en Ferguson, donde manifestantes bloquearon el tránsito frente a las oficinas de la institución.

Holder formuló un llamado a favor de “medidas correctivas inmediatas”, tras revelarse un informe que señala que la policía de Ferguson, en las afueras de San Louis, Missouri, incurre en la práctica sistemática de abusos contra la comunidad afroamericana.

“Tras nuestra investigación descubrimos que el racismo no es sólo un asunto de estadística (en Ferguson) sino de comentarios racistas por parte de policías y funcionarios en la corte”, aseguró Holder en una jornada de noticias encontradas, en la que el fiscal aprovechó la oportunidad para advertir contra el exceso de violencia policial y la discriminación racial.

En un intento por atajar el problema de la brutalidad policial y las prácticas de racismo que son toleradas o alentadas desde distintos mandos, el fiscal hizo un reiterado llamado a favor de “medidas correctivas inmediatas” para evitar abusos y la sistemática violación a los derechos civiles de las minorías en Estados Unidos.

“Tenemos que asegurarnos de que los cuerpos policiales sirvan bajo un principio de justicia y equidad a nuestras comunidades”, dijo Holder en alusión a los continuos casos de abusos policiales contra la comunidad afroamericana o la hispana.

En el caso del oficial de policía Darren Wilson, el Departamento de Justicia decidió dejarlo libre de toda responsabilidad por considerar que, tras la investigación, “no hay evidencia para refutar la creencia subjetiva de que Wilson temía por su seguridad” al momento de detener” y disparar en al menos seis ocasiones contra Brown.

Sin embargo, el fallo a favor del agente policial no ha sido obstáculo para que el Departamento de Justicia arremetiera ayer mismo contra el Departamento de Policía de Ferguson, en un reporte devastador en el que acusa de racismo desembozado y documenta las escandalosas actitudes de varios de los supervisores hacia la comunidad afroamericana y miembros del gobierno, incluido el propio presidente de Estados Unidos.

En un informe pormenorizado a la prensa, fuentes del Departamento de Justicia revelaron que la investigación de los correos electrónicos de varios funcionarios policiales en Ferguson contenía insultos y calificativos negativos hacia la comunidad negra, con alusiones al presidente Obama, al que uno de los supervisores llama “chimpancé”.

En otro correo, otro de los supervisores mandó la fotografía de mujeres con el pecho descubierto y bailando en algún lugar de África con la leyenda “Reunión de Preparatoria de Michelle Obama”.

Al comentar los resultados del reporte, el congresista demócrata por Missouri, Emanuel Cleaver, consideró que el jefe de la policía, Tom Jackson, “debería renunciar” al cargo de forma inmediata.

La familia de Brown dijo estar sorprendida de que “el asesino” de su hijo no sea “responsabilizado por sus actos”.