Cinco días después de que el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, fuera detenido por supuestamente conspirar contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, el chavismo apuntó a su siguiente blanco en las filas opositoras: el diputado Julio Borges, acusado también de querer derrocar al mandatario, por lo que podría perder su fuero parlamentario con el proceso iniciado por la mayoritaria bancada oficialista.

Borges, del partido Primero Justicia (PJ), la agrupación del ex candidato presidencial Henrique Capriles, fue acusado en febrero de participar en una supuesta conspiración, la “Operación Jericó”, según la cual opositores buscarían captar a elementos de la Fuerza Aérea para dar un golpe de Estado que incluiría bombardeos sobre el palacio presidencial de Miraflores.

Borges sería el quinto diputado opositor desaforado en este periodo y se vería impedido de competir en las legislativas previstas para el segundo semestre de este año. Pero en entrevista con El Mercurio, el dirigente cree que el acoso jugará a favor de la oposición en los próximos comicios.

¿Qué dice de las acusaciones de conspiración que el gobierno ha hecho contra usted?

En nuestro partido siempre hemos llamado al gobierno al diálogo... hemos estado totalmente divorciados de la violencia y de toda salida que no sea constitucional.

¿Qué busca el gobierno con el acoso a la oposición?

El problema que tiene el gobierno es que en las próximas elecciones nosotros vamos a tener la posibilidad real de obtener un triunfo y lograr construir una mayoría parlamentaria. Por eso busca desviar la atención de la grave crisis social y política que estamos viviendo, respondiendo con judicialización, con confrontación política, con miedo, y creo que ese es el peor camino que puede tomar una administración para enfrentar una crisis.

Para que Borges pierda su inmunidad tiene que ser presentada una demanda ante la fiscalía, proceso que el partido de gobierno realizó el lunes; ahora el Tribunal Supremo de Justicia debe autorizar el retiro de la protección legal, decisión que debe ser avalada por la Asamblea Nacional.

Si no puede participar en las legislativas, ¿cómo podrá ayudar a la oposición?

Al final el problema no es Julio Borges, sino es un país entero que quiere un cambio. Creo que este tipo de acciones lo que produce en la gente es más ánimo de renovar, de votar. Las últimas encuestas muestran que el gobierno perdería las elecciones parlamentarias en una proporción de 3 a 1, y creo que han recorrido un camino muy torpe para enfrentar esta realidad.

¿Cree que el gobierno erró la estrategia al perseguir a los líderes de la oposición?

Totalmente, es una estrategia equivocada. Yo creo que en una crisis social y económica tan profunda, a un gobierno lo que le toca es llamar al país, sumar, convocar, lograr que todo el mundo se sienta parte de la solución, y no enfrentar, perseguir y meter miedo a la sociedad.

¿Por qué cree que el gobierno no ha tomado acciones contra Capriles?

También lo han tratado de meter en este tema de la conspiración. En Venezuela, toda persona que piensa diferente está en esa lista, ya sea empresario, trabajador, político o periodista.

¿Por qué cree que pese a la crisis, la baja popularidad, y el desastre que vive el país, Maduro logra mantenerse en el poder?

Depende de cómo él atraviese esta crisis. Si tiene la sensatez de hacer las reformas que hay que hacer y sustituir la violencia por el diálogo, Venezuela podría ser otra, pero lamentablemente está tomando la calle ciega de la radicalidad, y eso agudiza la crisis.

¿Qué le parece la respuesta de la región? ¿Ha habido silencio?

Perú por primera vez tiene una respuesta contundente; el canciller de Ecuador dijo que quería diálogo; el presidente Juan Manuel Santos en Colombia también habló, lo mismo que Brasil. Hace falta que hable Chile. El resto de los países han hablado y han apuntado en esa misma dirección”.