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El Papa consuela a víctimas de tifón "Haiyan"

El Universal
Domingo 18 de enero de 2015
El Papa consuela a vctimas de tifn

El papa Francisco, cubierto con un impermeable, saluda a los fieles tras celebrar una emotiva misa en Tacloban, la ciudad más golpeada por el tifón Haiyan. (Foto: DAMIR SAGOLJ. REUTERS )

Francisco visita Tacloban, en Filipinas; tormenta lo obliga a regresar a Manila

Tacloban.— El papa Francisco, vestido con un impermeable para protegerse de las ráfagas de viento y de una fuerte lluvia, cumplió ayer con su promesa de ofrecer consuelo a los sobrevivientes del devastador tifón Haiyan de 2013 en Filipinas, aunque una nueva tormenta lo forzó a abandonar la localidad más temprano que lo previsto.

En una misa ante una multitud entre la que había sobrevivientes de Haiyan, el Papa, quien se cubrió con el mismo impermeable amarillo repartido a los asistentes al evento, reconoció que era difícil encontrar palabras rodeado de tanto dolor.

“Muchos de ustedes lo han perdido todo”, dijo Francisco a los 150 mil fieles reunidos en un campo abierto cerca del aeropuerto de Tacloban, la ciudad más duramente golpeada por el tifón.

“No sé qué decirles, pero el Señor sí sabe qué decirles. Algunos de ustedes han perdido a sus familias. Todo lo que yo puedo hacer es mantenerme en silencio. Y caminar con todos ustedes con el corazón en silencio”, dijo. “Esto es lo que sale de mi corazón y perdónenme si no tengo otras palabras para expresar”, sostuvo.

Muchos en la multitud lloraron mientras el Papa hablaba, abrumados por los recuerdos de la tormenta del 8 de noviembre de 2013 que destrozó localidades enteras con vientos feroces y olas de 7 metros que dejaron al menos 6 mil 300 muertos y desaparecidos. “Lo que dijo perforó mi corazón”, comentó Maria Alda Panahustad. “Mi casa fue destruida (por Haiyan) y luego por Ruby”, reveló, en referencia a otra tormenta que azotó Filipinas el mes pasado y que provocó la muerte de 27 personas.

Francisco provocó aplausos cuando dijo que había decidido visitar la ciudad, de 200 mil habitantes en la oriental provincia de Leyte, inmediatamente después de la tormenta. “Quería venir para estar con ustedes. Me demoré un poco, tengo que decir, pero aquí estoy”.

El Papa habló en su natal español, al que echa mano cuando quiere hablar con el corazón. Dejó a un lado la homilía que tenía preparada y dijo una pequeña oración al vuelo que comenzó: “Gracias, señor, por compartir nuestro dolor. Gracias, Señor, por darnos esperanza...”.

Mientras hablaba, el viento azotaba el mantel que cubría el altar y amenazaba con tumbar los candeleros.

La misa papal tuvo que ser apresurada y el resto del programa —una visita a una catedral cercana, un almuerzo con sobrevivientes y la bendición de un nuevo centro para los pobres— fue resumido de modo que pudiera partir a la una de la tarde, cuatro horas antes de lo previsto, debido a la tormenta tropical Mekkhala, que tocó tierra poco después con vientos de entre 100 y 130 kilómetros por hora.

En la catedral, Francisco se disculpó por tener que regresar a Manila antes de lo programado. “Me entristece tener que hacerlo, me entristece mucho”.

Hoy, el Papa celebrará una misa en el parque Rizal de Manila, donde se espera acudan hasta 6 millones de personas. Mañana regresa a Roma. Agencias



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