Washington

“Dale a tu madre un regalo excepcional. Una llamada de Hillary Clinton para que nunca lo olvide”. El anuncio, en la cuenta de Twitter de Hillary Clinton, muestra hasta qué punto está decidida a ganarse el mayor número de adeptos y recursos de cara a la batalla de 2016 por la presidencia estadounidense.

Los seguidores de la ex secretaria de Estado podrán participar en una rifa para que ella llame a sus madres con un mensaje personalizado. Este movimiento de Clinton, aprovechando el Día de las Madres para hacer proselitismo electoral, revela no sólo la astucia de sus estrategas de campaña, sino el buen olfato de una mujer empeñada en ir a la caza del voto de las de su género, que representan más del 50% del padrón electoral.

Sin embargo, conectar con el electorado femenino no ha sido una tarea fácil para Hillary, como quedó evidenciado cuando, en las elecciones primarias del Partido Demócrata del 2008, un candidato desconocido como Barack Obama consiguió arrebatarle el apoyo de las mujeres.

La base demócrata y el electorado estadounidense prefirieron a Obama por encima de Hillary por considerar que, a pesar de ser mujer, seguía siendo la exponente de una casta política; de una élite acostumbrada a mangonear el poder desde Washington. En otras palabras, no podía ser tomada en serio como un auténtico agente de cambio.

“Para los candidatos masculinos es suficiente ser visto como competente. Pero, en el caso de las mujeres, los electores buscan una combinación de competencia y simpatía”, consideró la analista Debbie Walsh, de la Universidad de Rutgers.

La mala experiencia de 2008, cuando Clinton dejó de ser la candidata inevitable de la noche a la mañana, ha obligado a los estrategas de Hillary a replantearse la forma en que buscará conquistar la presidencia en 2016 y buscar la mejor manera de apelar a un electorado femenino que tampoco ve en ella una figura maternal, sino más bien a una mujer cuya ambición política ha opacado todo lo demás, incluyendo a su hija Chelsea.

Por eso, a diferencia del 2008, esta vez Hillary buscará acentuar su condición de hija, de madre y abuela.

Es decir, explotar al máximo su arrastre entre el electorado femenino, y desmarcarse al mismo tiempo de una cultura política machista que ha caído en desuso ante el avance de los derechos de la mujer y la comunidad gay en Estados Unidos. Como parte de esta estrategia es que Hillary decidió lanzar desde su cuenta de Twitter (con más de 3 millones de seguidores) la campaña para que sus simpatizantes y, sobre todo, los donadores, puedan felicitar a sus madres con una llamada de la candidata a la presidencia.

De esta manera, Clinton busca echar mano de su encanto y simpatía al mismo tiempo que recaba los fondos que necesitará para enfrentarse a sus adversarios dentro de las filas demócratas y, posteriormente, ante el nominado del Partido Republicano a la presidencia.

Para conquistar al electorado —particularmente al femenino—, Clinton ha recurrido al denominado sentimiento de solidaridad entre las mujeres, un recurso que ha quedado patente en algunos capítulos de su libro Hard Choices (Decisiones Difíciles), una obra considerada como el prólogo de su campaña por la presidencia. En esa obra, Hillary destaca la relación que tuvo con su madre y la que ha desarrollado como madre con su hija Chelsea.

“Mi madre fue una combatiente toda su vida”, asegura Clinton en alusión a la vida de abandono y abuso que sufrió su madre desde niña.

Como madre, Hillary Clinton nunca ha ocultado su estrecha relación con su hija, Chelsea, a quien convirtió en su fuerza y su refugio durante los más aciagos momentos durante la presidencia de su esposo Bill. Particularmente durante la campaña desatada a favor de destituirle tras revelarse los escarceos amorosos y sexuales del presidente con la becaria Monica Lewinsky.

Al igual que ocurrió en 2008, cuando Chelsea hizo campaña a favor de su madre (a lo largo de 400 eventos en 40 estados), se espera que la actual vicepresidenta de la Fundación Clinton vuelva a echar uso de sus encantos y de la frase que machacó una y otra vez en 2008:

“Yo les pido que voten por Hillary Clinton porque como madre y como política puedo decir que es la mejor. Es mi heroína”.