Brasil: se vuelcan en las calles contra Dilma
Video. Cientos de miles de personas protestan en varias ciudades de Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff este domingo, ante un gran escándalo de corrupción y crecientes problemas económicos

MOVILIZACIÓN. Decenas de miles de manifestantes se concentran frente al Congreso Nacional en Brasilia en la protesta contra la presidenta Dilma Rousseff. (Foto: ERALDO PERES / AP )
Sao Paulo.— Un millón 800 mil personas, según estimaciones de la policía, salieron el domingo a las calles de 74 ciudades de Brasil para protestar por la difícil situación económica, el alza de los precios y la corrupción y para pedir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Fue la mayor manifestación contra el gobierno desde las protestas de junio de 2013.
La marcha más numerosa se dio en Sao Paulo, donde cerca de un millón de personas, según cálculos de la Policía, se congregaron en la céntrica Avenida Paulista, convocadas por grupos opositores sin vínculo con partidos políticos. En decenas de ciudades, entre ellas Brasilia, Río de Janeiro, Belo Horizonte (sureste), Fortaleza (noreste) y Porto Alegre (sur) hubo concentraciones de al menos decenas de miles de personas, que pusieron en evidencia el creciente descontento de las clases medias con el gobierno.
En una rueda de prensa para hacer un balance de las protestas, el titular de la Secretaría General de la Presidencia, Miguel Rossetto, afirmó que en las manifestaciones participaron “mayoritariamente sectores críticos” al gobierno que en las elecciones del pasado octubre “no votaron” por Rousseff.
La gran mayoría de manifestantes en todo el país vestía ropas amarillas y verdes, colores de la bandera brasileña, y no llevaba distintivos de partidos políticos. En Brasilia unas 50 mil personas marcharon de forma pacífica hasta las inmediaciones del Congreso, que fue acordonado por la policía para evitar que, como ocurrió durante las protestas de junio de 2013, la población se subiera a las cúpulas de la sede legislativa.
Los principales líderes de la oposición no participaron en las marchas, aunque en los últimos días sí dieron su apoyo expreso a las protestas, vistas con recelo por el gobierno por los pedidos expresos de que se inicie un juicio político a Rousseff con miras a su destitución.
Un “cacerolazo” se registró en varias ciudades de Brasil en momentos en que dos funcionarios del gobierno de la presidenta concedían una conferencia de prensa para evaluar las protestas. Mientras hablaban el ministro Rossetto y el titular de Justicia, José Eduardo Cardozo, bocinazos, abucheos y ruido de cacerolas se oyeron en diversas regiones, a la vez que tintinearon luces de autos y residencias.
La jornada de protestas fue pacífica y tan sólo se registraron algunos incidentes menores y puntuales rápidamente atajados por la policía.
En Sao Paulo la policía hizo por lo menos 20 arrestos de jóvenes que portaban artefactos pirotécnicos, gas pimienta y otras armas blancas, mientras que en Río de Janeiro un grupo intentó agredir a un partidario de Rousseff. Un manifestante resultó levemente herido en un enfrentamiento con la policía en Brasilia.
La sede del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en Jundiaí, Sao Paulo, fue incendiada con una bomba molotov. El artefacto fue lanzado por desconocidos después de una manifestación.
En respuesta a las masivas protestas, Cardozo dijo que la presidenta Rousseff dictará “en los próximos días” un conjunto de medidas de combate a la corrupción. “El gobierno está atento y dispuesto, como siempre estuvo, a escuchar la voz de las calles”, aseveró Cardozo, quien afirmó que el punto común de la protesta de este domingo y la manifestación de sindicatos de “apoyo crítico” a Rousseff realizada el viernes pasado es la exigencia de combatir la corrupción.
“Por esto el gobierno anunciará en los próximos días un conjunto de medidas de combate a la corrupción y a la impunidad. Estamos abiertos a escuchar propuestas, tanto de los que defienden al gobierno como de los que lo critican”, expresó el ministro. Cardozo afirmó que Rousseff desea impulsar una profunda reforma política que lleve a la prohibición de que empresas financien a candidatos o partidos en las elecciones.
“Es necesario un cambio en nuestro sistema político-electoral, que a nuestro juicio es la puerta de entrada principal para la corrupción. No es posible seguir con los financiamientos de empresas a las campañas electorales: hay que cerrar de inmediato esta puerta de entrada para la corrupción”, dijo. Rossetto sostuvo que los actos de este domingo reflejan al sector de la sociedad brasileña que apoyó en las últimas elecciones al socialdemócrata Aécio Neves. Agencias





