Roma.— La ofensiva diplomática de Alexis Tsipras tuvo su segunda etapa en esta ciudad, adonde el jefe de gobierno griego llegó procedente de Chipre para encontrarse con Matteo Renzi, su homólogo italiano, a quien expuso las propuestas con las cuales pretende superar las tensiones entre Atenas y sus acreedores internacionales causadas por la deuda de su país.

“Es necesario un cambio en Europa, necesitamos colocar la cohesión social y el crecimiento en el lugar de las políticas de miedo y de incertidumbre”, dijo el premier griego en la rueda de prensa conjunta con Renzi, quien le regaló una corbata “para cuando decidas usar finalmente una corbata”.

Tsipras mostró ayer un tono más conciliador que en los días previos respecto al tema de la deuda griega.

“Ya hay demasiadas grietas en Europa para crear nuevas”, dijo, y añadió que su gobierno busca “el camino lógico contra lo absurdo de programas (de austeridad) que claramente han revelado su fracaso” y que Grecia necesita salir de un círculo vicioso de tener que contraer nuevas deudas para hacer frente a las viejas.

Renzi, por su parte, comentó que las elecciones griegas se debían “leer como un mensaje de esperanza para quien sufre con esta crisis”, pero advirtió que “queremos darle una mano a Grecia, aunque no significa que siempre vayamos a darles la razón”.

Horas antes de Tsipras llegó a Italia el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, quien se reunió con su homólogo italiano Pier Carlo Padoan. “El problema griego puede resolverse, pero necesitamos un acuerdo puente que nos dé tiempo para armar un paquete que pondríamos en operación en junio”.

De Italia, Varoufakis dijo esperar un “acercamiento racional”, porque “el caso italiano muestra que hay algo equivocado en la eurozona”. Aunque cuenta con una economía “seria, productiva y que ha casi logrado un equilibrio en su balance corriente, también Italia tiene una deuda insostenible”.

El lunes, Varoufakis propuso que los bonos griegos en poder del Banco Central Europeo (BCE) y parte de la deuda con los gobiernos de la zona euro (53 mil millones de euros en créditos bilaterales) se intercambien por bonos ligados al crecimiento o por bonos perpetuos. Pero ayer, un funcionario de la zona euro implicado en las negociaciones dijo que la propuesta ha sido recibida con escepticismo. “Hay preocupación de que sea una nueva treta para lograr un recorte” de la deuda griega, dijo. Con información de agencias