El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, señaló que 930 franceses o residentes en Francia están actualmente implicados en movimientos yihadistas en Siria e Irak, además de los 36 que han muerto allí.

De esa cifra total, 350 siguen enrolados en esos dos países (60 mujeres), 170 se encuentran en tránsito para integrarse en esas organizaciones y 230 han dado muestras de preparativos para marcharse, precisó Cazeneuve en una entrevista publicada hoy por Le Journal du Dimanche.

Añadió que en Francia se han abierto procedimientos judiciales contra 350 individuos por terrorismo debido a sus implicaciones con esas organizaciones yihadistas, de los cuales 113 han sido detenidos, 74 han sido inculpados y 51 han ingresado en prisión.

También estimó que de las 350 personas señaladas a la justicia, la policía o a responsables educativos como susceptibles de partir para enrolarse en la "guerra santa" en Siria o Irak (150 mujeres y 80 menores de edad), se ha conseguido evitar que fueran "al menos 70".

Preguntado sobre los yihadistas interrogados a su vuelta a Francia, el titular del Interior comentó que los hay que reivindican lo que hicieron e incluso se muestran dispuestos a volver, otros que "destruidos por la violencia o las exacciones a las que han asistido o en las que han participado" no quieren repetir y algunos que "pretenden haberse ido con un objetivo humanitario".

Sin embargo, Cazeneuve dudó de esta última versión porque "tenemos informaciones seguras que prueban que han combatido en las filas yihadistas".

Y en cuanto a si se tiene constancia de atentados en Francia que se hayan desbaratado gracias a la acción judicial, policial y de los servicios secretos, insistió en que cada vez que se desarticula una red yihadista se anulan riesgos, pero también que hay una "amenaza difusa" y que de ahí viene también su peligro.

Cazeneuve recordó que mañana comienza la tramitación en el pleno de la Asamblea Nacional de su proyecto de ley contra el terrorismo, que fue adoptada por unanimidad en comisión en julio, y que contempla imponer la prohibición de salir de Francia para aquellos que se sospecha que quieren unirse a grupos yihadistas.

Para eso, y sobre la base de una decisión motivada sometida al control de un juez, se les confiscará el pasaporte y el carné de identidad, una medida a su juicio eficaz, ya que son los documentos necesarios por ejemplo para volar hasta Turquía, puerta de entrada en Siria o Irak.

El ministro defendió igualmente las disposiciones para combatir la propaganda terrorista en internet, que "no tiene vocación de convertirse en el último refugio de la barbarie".

"Hacer llamamientos al asesinato, a la barbarie, incitar al odio, hacer publicidad de exacciones no entra dentro de la libertad de opinión, sino que es un delito", sentenció.

Cazeneuve consideró que lo "inédito" de la amenaza terrorista actual es que "los grupos terroristas pretenden acaparar los medios de los Estados para sembrar el terror y la barbarie" y reclutan "por miles" a personas en la Unión Europea para perpetrar acciones terroristas también en sus países de origen.

jlc