El papa Francisco honrará a los muertos de ambos bandos en la Primera Guerra Mundial cuando visite el mes próximo el norte de Italia, donde se libraron algunas de las batallas decisivas del conflicto y donde combatió su propio abuelo.

El 13 de septiembre, Francisco depositará una corona fúnebre en el cementerio austrohúngaro en Fogliano di Redipuglia, cerca de Gorizia, en la frontera italiana con Eslovenia. Después celebrará la misa en el cercano monumento de la era fascista en memoria de 100 mil italianos muertos.

El Vaticano anunció este jueves que Francisco orará por las víctimas de todas las guerras durante la visita, su principal conmemoración del centésimo aniversario del comienzo de la primera gran conflagración mundial.

Aunque Italia era técnicamente parte de la Triple Alianza con Austria-Hungría y Alemania al comienzo de la guerra, se mantuvo neutral hasta que declaró la guerra a Austria-Hungría en mayo de 1915 después de una serie de negociaciones secretas con Gran Bretaña y Francia. Más de 600 mil italianos murieron en los tres años siguientes y la Batalla de Caporetto, en octubre de 1917, fue una de las más mortíferas de toda la guerra.

Francisco había dicho anteriormente que recordaba haber oído "muchos episodios dolorosos contados por mi abuelo", que peleó en la guerra.

El abuelo paterno del papa, Giovanni Carlo Bergoglio, tenía 30 años de edad cuando fue reclutado a la guerra con un regimiento en la frontera con Eslovenia, según documentos hallados por el periódico y la emisora televisiva de la Conferencia Italiana de Obispos.

El abuelo Bergoglio peleó en varias batallas durante los años siguientes y al final de la guerra recibió un certificado de buena conducta y 200 liras.

Regresó a la vida civil en el Piamonte, pero emigró a Argentina una década después, cuando la economía italiana de posguerra se esforzaba por recuperarse.

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