El director sudafricano de un grupo internacional de asistencia, sus dos hijos y un ciudadano afgano murieron en un ataque a una casa de huéspedes en Kabul, dijo el domingo un funcionario, mientras el jefe de policía de la capital afgana renunciaba entre un aumento en la violencia mortal.

El jefe de policía, el general Mohammed Zahir, dijo a reporteros que las cuatro personas murieron en el ataque ocurrido el día anterior, enmendando la cifra de muertes reportada previamente. No proporcionó las edades de los niños y tampoco identificó a la organización de asistencia.

Zahir señaló que uno de los tres atacantes utilizaba un uniforme de policía. Fue el segundo ataque en igual número de días a casas de huéspedes ocupadas por extranjeros.

Hashmat Stanikzai, vocero de Zahir, confirmó más tarde que Zahir había renunciado al cargo, sin proporcionar más detalles.

En Kabul se han registrado ocho ataques suicidas contra objetivos muy publicitados en los últimos 16 días, uno de los períodos más violentos en la capital en años. En días recientes, han sido asesinados cuatro extranjeros -incluido un empleado de la embajada británica- y han muerto o sufrido heridas decenas de civiles afganos.

Los ataques apuntan hacia una todavía potente insurgencia del Talibán, y han planteado inquietudes respecto a si las fuerzas de seguridad afganas pueden proteger al país después de que concluya oficialmente el 31 de diciembre una misión de combate de 13 años de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

El Ministerio del Interior lanzó una campaña de concientización pública para alentar a los residentes de Kabul a que ayuden a prevenir ataques, dijo Sediq Sediqqi, portavoz del ministerio.

"Estamos solicitando a nuestro pueblo que coopere con sus fuerzas de seguridad para identificar a gente sospechosa en sus áreas y prevenir ataques terroristas" , señaló.

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