La amenaza del ébola
PROTEGIDOS. Personal de Médicos Sin Fronteras (MSF) atiende a un paciente sospechoso de sufrir por el ébola, en República Democrática del Congo, en 2007. (Foto: ARCHIVO REUTERS )
maria.galvan@eluniversal.com.mx
Fiebre, garganta seca, debilidad en el cuerpo, dolor de cabeza y de estómago. Luego se presentan vómito y hemorragias, internas y externas. Los pacientes suelen perder por completo la razón. La muerte se produce por lo general en la segunda semana, por la pérdida masiva de sangre y la deshidratación. Es el ébola, una enfermedad que hoy tiene alarmados a organismos de salud, tras el brote que se inició en Guinea y que se ha expandido a por lo menos un país más.
"Una de las enfermedades virales más terribles que conozca la raza humana". Así describió la Organización Mundial de Salud (OMS) al ébola, cuyo índice de mortalidad es de hasta el 90% en humanos.
Hasta ahora, los brotes se habían limitado a zonas remotas, escasamente pobladas. Esta vez es distinto. Golpeó Conakry, la capital de Guinea, donde desde febrero hasta el corte más reciente de la OMS (10 de abril), se han detectado 158 casos, de los que 101 han resultado en decesos. En la vecina Liberia, 10 personas han muerto, de un total de 20 casos sospechosos y cinco confirmados. En Mali hay seis casos sospechosos; en Sierra Leona y Ghana, los pacientes sometidos a pruebas han dado negativo.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió que Guinea enfrenta una epidemia "sin precedentes", mientras que la OMS aseguró esta semana que el brote es "significativo", aunque insiste en que no tiene las proporciones de una epidemia y llama a la calma. "Es necesario ser prudentes con la forma en que se utilizan las palabras", advirtió el portavoz de la OMS, Gregory Hartl. "Por ahora lo que vemos son casos esporádicos, no podemos hablar de epidemia".
Lo cierto es que muchos países están tomando sus precauciones. Primero fueron las mineras extranjeras, que suspendieron sus trabajos en Guinea, un país conocido por sus depósitos de oro y exportador de bauxita, material empleado para la producción de aluminio. Parte del personal ha sido retirado.
Senegal cerró la frontera con Guinea y Francia incrementó la alerta de vigilancia y destacó equipos médicos en el aeropuerto de Guinea Conakry, en un intento por impedir la propagación de la enfermedad a través de pasajeros enfermos.
Miedo sustentado
El miedo a una eventual epidemia de ébola no carece de fundamentos.
Además del índice de mortalidad, no existe ninguna vacuna que pueda contrarrestar al virus; su periodo de incubación puede ser de hasta 21 días y sus síntomas iniciales se pueden confundir fácilmente con los de otras enfermedades, como la malaria, la fiebre tifoidea, la disentería, gripe o diversas infecciones bacterianas.
Cuando aparecen los síntomas más graves, como las diarreas y hemorragias internas o externas y vómito negro, es demasiado tarde. Y es tan contagioso que el enfermo suele transmitir la enfermedad a toda la familia, con resultados fatales.
El virus del ébola se contagia por contacto directo con la sangre y los fluidos y tejidos corporales de las personas o animales infectados. Pero también vía aérea. La única manera de evitar su propagación es aislando a los enfermos. Sin embargo, el periodo de incubación dificulta el detectarla a tiempo y sólo se puede verificar a través de pruebas de laboratorio, lo que puede tomar un tiempo que, en este caso, puede ser vital.
Guinea, por ejemplo, tardó seis semanas en confirmar que los casos sospechosos eran ébola. Y en Liberia, la tardanza en detectar la enfermedad permitió a la hermana de una paciente huir del hospital, siendo portadora.
Se desconoce a ciencia cierta de dónde proviene el virus, aunque se sabe que los murciélagos de la fruta, un platillo exótico en algunos lugares de África, los monos y puercoespines, entre otros animales, son portadores.
En el Congo
Los primeros casos de la enfermedad se registraron en 1976, cerca del río Ébola, en República Democrática del Congo (RDC), así como en Zaire y Sudán. Existen cuatro variantes: la de Sudán, la de Zaire, la de Reston y una mutación descubierta en 1995 procedente de Costa de Marfil.
Se desconoce por qué algunos logran sobrevivir a la enfermedad.
Por lo general, los médicos se limitan a evitar que los pacientes se deshidraten. Y en algunos sobrevivientes se han encontrado rastros del virus hasta 60 días después de que fueron dados de alta.
El misterio que rodea al ébola hace que la sola mención de la palabra provoque pánico. "Es un virus espectacular y una de las infecciones más letales que puedas imaginar. Comienza en gente que vive en el bosque, se transmite en los hospitales y después en los funerales", señaló Peter Piot, el médico que descubrió el virus del ébola en Zaire, en 1976.
Las medidas de prevención van desde no tocar animales portadores muertos hasta usar guantes con los pacientes y enterrar rápidamente, y no en funerales masivos, a quienes fallecen por la enfermedad que causa el ébola. Pero el miedo es tal que las autoridades en Liberia han pedido a la población no saludarse de mano, mucho menos de beso.
Los brotes más recientes de ébola se registraron en la RDC y en Uganda, en 2012. Los más mortales, en el 2000, en Uganda (224 decesos), y en 2007, en la RDC (187).
El virus llegó a Estados Unidos en 1989 y 1990, a través de monos importados de Filipinas.
Varias personas se infectaron, pero ninguna enfermó. La revelación, en el libro The Hot Zone, de Richard Preston, causó temor. El libro, que Preston subtituló "aterradora historia verdadera", y que el escritor de novelas de terror Stephen King llamó "una de las cosas más horrorosas que he leído", se convirtió en un bestseller.
En él se inspiró la película "Epidemia" (1995), donde un mono portador de un virus con una tasa de mortalidad del 100% es capturado y transportado ilegalmente en barco desde el Zaire hasta Estados Unidos, amenazando con contagiar a millones de personas y extenderse por todo el mundo.
La posibilidad de que un virus como el ébola sea usado como un arma biológica también ha contribuido al pánico. Expertos señalan que sería relativamente fácil rociarlo en spray y, dada la tasa de mortalidad, los efectos serían catastróficos.
Los costos son otro aspecto a considerar. En Guinea, por ejemplo, el Ministerio de Salud ha dicho que la lucha contra el ébola le ha costado, hasta el momento, 4.5 millones de dólares. Sin embargo, la Unión Europea ha prometido ayudas por el equivalente a apenas 685 mil 150 dólares. Y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS), por 249 mil 395.