Los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados del mundo iniciaron hoy su segundo y último día de cumbre en Bruselas en el que se centrarán en la economía, el comercio internacional, la energía y el cambio climático.

Los líderes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá y Japón, junto a los presidentes del Consejo y la Comisión europeos, que hacen de anfitriones, abordarán la economía y el comercio internacionales "dentro de la perspectiva más positiva que hay de crecimiento económico y de lucha contra el desempleo, que sigue en niveles muy altos", indicaron fuentes europeas.

Además, reafirmarán su compromiso para luchar contra la evasión de impuestos a nivel global, así como para desarrollar sistemas estandarizados de intercambio de información fiscal.

Está previsto igualmente que debatan sobre la situación de seguridad y de dependencia energética de algunos países occidentales respecto a las importaciones de gas y otros combustibles de Rusia.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señaló previamente que "coincidimos en que la energía no debe ser utilizada como arma política. Este G7 debe ser firme y alentar a Rusia a deponer esta arma", dijo.

Instó a Moscú y a Kiev a "hacer el esfuerzo final" para alcanzar un acuerdo definitivo sobre los pagos y los precios del gas.

Precisamente, la crisis ruso-ucraniana y las relaciones con Moscú coparon el grueso del primer día de cumbre, dedicado a la política exterior.

Por lo que se refiere a la lucha contra el cambio climático, los líderes del Grupo de los Siete confirmarán su compromiso con la limitación de emisiones de CO2 para evitar que siga aumentando la temperatura mundial.

Los líderes del G7 decidieron en marzo pasado, tras la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Moscú, cancelar su asistencia a la cumbre que, en el de formato G8 e incluyendo a Rusia, debía de celebrarse a finales de junio en la ciudad rusa de Sochi.

jlc