BEIRUT/AMAN (Reuters).— Los insurgentes Estado Islámico aplastaron a los grupos tribales que se resisten en su control sobre el este de Siria, dijo ayer el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que reportó además que los rebeldes sunitas han crucificado a dos personas y ejecutado a otras 23 en los últimos cinco días.

Los insurgentes están reforzando su dominio en Siria, donde controlan casi un tercio del territorio, en su mayoría áreas rurales del norte y el este en al-Shaafa, una localidad situada a orillas del río Eúfrates, el EI decapitó a dos hombres del clan tribal el domingo, dijo el Observatorio, y dio a los residentes un plazo de 12 horas hasta el lunes para entregar a otros de sus miembros.

En otras partes de la provincia de Deir al-Zor, los militantes crucificaron a dos hombres por el crimen de “lidiar con apóstatas” en la ciudad de Mayadin, mientras otras dos personas fueron decapitadas por acusaciones de blasfemia en la localidad cercana de al-Bulel, de acuerdo al Observatorio. La ONG señaló que otros 19 hombres de la tribu al-Sheitaat fueron ejecutadas el jueves; 18 de ellos murieron a tiros y uno fue decapitado.