Yihadistas "pecan contra Dios", afirma el Papa
El papa Francisco abraza al Patriarca Bartolomeo I, luego de oficiar una misa en la Iglesia de St. George, en Estambul.. (Foto: MARKUS SCHREIBER. AP )
Estambul.— El papa Francisco condenó ayer la violencia en Irak y Siria, al calificar los actos del Estado Islámico (EI) como un “grave pecado contra Dios”, y realizó un llamado al diálogo interreligioso y a la acción contra la pobreza como medios para terminar con los conflictos en la zona.
El Papa emitió estas declaraciones en el último día de su viaje a Turquía, que actualmente acoge en torno a dos millones de refugiados sirios, miles de ellos cristianos.
En un servicio conjunto con el patriarca Bartolomeo I, líder espiritual de 300 millones de cristianos ortodoxos, el Papa dijo que nadie, independientemente de su fe, debe permanecer indiferente al dolor de las víctimas de la guerra “inhumana y brutal” que se libra en los países limítrofes.
El Papa declaró que “la terrible situación de los cristianos y de todos los que sufren en Medio Oriente no sólo requiere de la oración constante, sino también de una reacción apropiada de la comunidad internacional”.
“Arrebatar la paz a la gente, cometer cualquier acto de violencia, o consentir esos actos, especialmente cuando van dirigidos contra los más débiles e indefensos, es un pecado profundamente grave contra Dios”, dijo.
Esta fue la tercera vez en pocos días en que el Pontífice se refirió a los fundamentalistas del EI, que han asesinado y obligado a huir de sus tierras a musulmanes chiítas, cristianos y aquellos que no comparten su visión radical del islamismo sunita en Siria e Irak.
Francisco también afirmó que “no se puede decir que todos los musulmanes son terroristas como tampoco se puede decir que todos los cristianos son fundamentalistas. En todas las religiones hay grupos así”. Además, instó a los líderes musulmanes a condenar mundialmente el terrorismo.
Sostuvo que acabar con la pobreza era la clave para poner fin al conflicto, en parte porque fomenta “el reclutamiento de terroristas”. Agregó que aunque es legítimo que la comunidad internacional use la fuerza para detener a un “agresor ilícito”, debe encontrarse una solución definitiva.
Francisco y Bartolomé concluyeron: “Musulmanes y cristianos están llamados a trabajar juntos por el bien de la justicia, la paz y la dignidad y los derechos de cada persona, especialmente en esas regiones donde han tenido una coexistencia pacífica durante siglos y ahora sufren juntos, trágicamente, los horrores de la guerra”. Agencias