Washington.— La líder de la minoría en el Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, advirtió ayer que las elecciones del martes próximo “podrían ser catastróficas” para el Partido Demócrata. Por ello conminó ayer a los demócratas y a simpatizantes a seguir donando fondos para el partido con la finalidad de enfrentar el proceso electoral de este martes.

La congresista de California dijo que candidatos republicanos han gastado “millones de dólares de tiempo de publicidad en televisión” en distritos demócratas ganados fácilmente en las elecciones de 2012.

Pelosi advirtió además a votantes que el Partido Republicano está a punto de tener la más grande mayoría en la Cámara Baja desde que el presidente Herbert Hoover estaba en la Casa Blanca hace más de 80 años.

En este contexto, republicanos y demócratas recurrieron el fin de semana a grandes nombres en la recta final de las campañas para movilizar a los votantes desencantados. Hasta el presidente Barack Obama se remangó la camisa para hacer campaña, la última que tendrá influencia en su mandato.

El sábado estuvo con el candidato demócrata al Senado por el estado de Michigan. Era una apuesta segura, ya que se da por hecho que Gary Peters ganará a su rival republicano. Y fue casi una sorpresa, porque el mandatario ha vivido la última campaña de su mandato fuera del foco, debido a su baja popularidad.

Increpan a Obama. De hecho, ayer, en un acto de campaña en Connecticut, el presidente fue incluso increpado por varias personas que lo culparon del bloqueo de la reforma migratoria, una de sus promesas aún no cumplidas. “Es el otro partido el que la bloquea. Por desgracia la gente se frustra y grita a todo el mundo”, afirmó el presidente.

Si se confirma lo que apuntan todas las encuestas, las dos cámaras del Congreso quedarían en manos de los republicanos, que podrían así vetar aún con más fuerza la agenda del presidente no sólo migratoria, sino en materia de salud.

Por su parte, los republicanos no perdieron la oportunidad de capitalizar la impopularidad de Obama. Así, Mitt Romney, ex candidato presidencial que compite por un puesto en el Senado, dijo el sábado: “Esta es realmente la última oportunidad de EU de juzgar a la administración Obama”. El mensaje parece haber calado, ya que 32% de los electores irá a votar para mandar un mensaje de oposición al presidente, según una encuesta del instituto Gallup.

Mucha mejor imagen tiene Hillary Clinton, ex secretaria de Estado, que ayer apoyaba a los demócratas en New Hampshire. Agencias