FERGUSON, Missouri (Agencias).— Disturbios en Ferguson, en el estado de Missouri dejaron un herido de bala y siete detenidos en la madrugada de ayer, cuando decenas de personas desafiaron la primera noche de un toque de queda que, según dijo ayer el gobernador del estado, Jay Nixon, podría mantenerse durante varios días.

Tenemos que mantener la propiedad de la población segura y la paz con el fin de conseguir la justicia”, dijo el gobernador demócrata en una entrevista en el programa State of The Union de CNN.

A la pregunta de si el toque de queda se mantendrá durante los próximos días, el gobernador expresó que “podría ser” aunque su deseo es que baje la tensión y haya justicia en el caso del joven afroamericano Michael Brown, cuyo asesinado el sábado 9 de agosto a manos de un policía blanco ha desatado una ola de protestas en la zona .

El gobernador aseguró que se hará una investigación exhaustiva de la muerte de Brown, al tiempo que el fiscal general, Eric Holder, ordenó que personal médico federal realice una segunda autopsia al cuerpo del joven, “debido a las circunstancias extraordinarias que rodean el caso y a petición de la familia de Brown”, informó el portavoz del Departamento de Justicia, Brian Fallon, en un comunicado.

La policía informó ayer que se utilizó humo y gases lacrimógenos para imponer el toque de queda en el suburbio de San Luis.

El capitán Ron Johnson, de la Policía de Carreteras de Missouri, dijo en rueda de prensa que la policía todavía está buscando a la persona que disparó e hirió de gravedad a una persona y defendió la respuesta estratégica de su departamento, que se produjo después de que a la medianoche entró en vigor un toque de queda vigente hasta las 5:00 de la mañana en Ferguson, Missouri. Johnson dijo que la fuerte respuesta se precipitó porque varias personas irrumpieron en un restaurante y tomaron posiciones en la azotea con vistas a la policía, que se acercaba. Y porque un hombre exhibió un arma de fuego en medio de la calle mientras vehículos blindados se acercaban a la multitud.

Cientos de manifestantes se marcharon pacíficamente antes de que entrara en vigor el toque de queda, pero otros se negaron a abandonar la zona. Mientras cinco vehículos blindados se acercaban a la multitud, los agentes advertían por un altavoz que estaban violando el toque de queda.

Human Rights Watch envió a dos representantes a Ferguson para estudiar la respuesta policial a las protestas y reunirse con miembros de la comunidad, así como con autoridades locales y del estado de Missouri, al que pertenece la ciudad, para documentar los recientes sucesos.

Ayer, más de un millar de personas acompañaron a los padres de Brown, Lesley McSpadden y Michael Brown, para pedir justicia por el asesinato del joven. Se concentraron en la iglesia Greater Grace Church; estaba también el influyente reverendo afroestadounidense Al Sharpton, que manifestó que la muerte del joven va a ser un punto de inflexión sobre el trato policial en Estados Unidos.

“El caso de Michael Brown va a cambiar esta ciudad”, aseguró el reverendo, que pidió que no se hagan saqueos “en nombre de Michael”, sino que los residentes de Ferguson ejerzan su presión acudiendo a las urnas.