Sao Paulo.— Mientras los mercados reaccionaron negativamente ante la reelección de Dilma Rousseff a la presidencia, los brasileños buscaban ayer las razones de este nuevo triunfo del Partido de los Trabajadores (PT), que lo habilita para concretar 16 años en el poder. Rousseff dijo, en tanto, “que el mensaje de las urnas es el mensaje del cambio. La gente defendió un cambio por lo mejor para Brasil”.

Los planes sociales que beneficiaron a más de 70 millones de personas, y sacaron a casi 60 millones de la pobreza, la articulación de alianzas, el rol fundamental del ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva (2003-2011), y la presencia de algunos nombres vinculados al pasado gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) en el equipo de colaboradores de Aécio Neves, fueron algunas de las razones que los analistas comenzaron a encontrar para explicar el apretado triunfo de Dilma.

“Los programas sociales ejercen una presión muy fuerte sobre todo en el noreste del país. El PT perdió algunos aliados en la campaña, pero supo mantener a aquellos que jugaron papeles fundamentales sobre todo en Minas Gerais, donde terminó definiendo la elección”, explicó el analista político Bruno Dos Santos.

Neves obtuvo un triunfo contundente en Sao Paulo, con más de 7 millones de votos de diferencia sobre la mandataria; pero en su estado, el que gobernó por ocho años, perdió por dos millones de votos. “Allí cayó Neves en su propio territorio”, sostuvo el analista Gerson Camarotti, y eso, acotó, “se dio gracias a los aliados del PT en el Estado”. La presencia de Lula no sólo en el tramo final de la campaña sino tras bambalinas durante los últimos años fue preponderante.

Eligió el terreno propicio para descargar una sentencia corta contra su amigo personal pero contrincante político, Aécio Neves.

Lo calificó de “nene de papá” a su paso por Pernambuco y, según algunos diputados, “le cerró el grifo a los posibles votos de Aécio en el noreste”.

A Neves, le faltó tiempo y “una independencia del pasado. Abusó de la referencias al gobierno de Cardoso, su líder, y mostró al que sería su ministro de Economía, Hartemio Fraga, ex presidente del Banco Central de aquel gobierno. Y el grueso de la gente no tiene buen recuerdo de él”, explicó Luzi Fernando Pereira. De hecho, Neves y Fraga eran bien vistos por los mercados, que ayer, mientras la presidenta Rousseff recibía las felicitaciones de Barack Obama y de decenas de presidentes de Europa y América Latina, caían estrepitosamente en virtud de los resultados electorales.

Bajan acciones de Petrobras. Petrobras vio caer sus acciones en 12% y el Bovespa retrocedió 2.74%, mientras que el dólar subió 2.1%. La reacción del gobierno no se hizo esperar y llegó a través del ministro de Hacienda, Guido Mantega, quien no continuará al frente del ministerio a partir del próximo 1 de enero. “Las bolsas están cayendo en todo el mundo. No hay que preocuparse. Ahora lo más importante es el control de la inflación y una política fiscal razonable”, dijo Mantega.

En el Congreso, donde el oficialismo perdió dos senadores y por lo menos 19 diputados, ya comenzaron ayer los contactos para abrirle las puertas al diálogo que prometió la presidenta el domingo en la noche.

“Hay que organizar una agenda que tenga como prioridad la reforma política, como lo propuso la presidenta y otros temas de interés para la sociedad”, explicó el Diputado del Partido Solidario (PSOL un desprendimiento del PT), Jean Wyllys. Ayer se esperaba que la presidenta diera algunas señales de cómo y con quién conformará su gabinete, que según los analistas “debe ser un gabinete plural y preparado para llevar adelante el diálogo”. Con información de Agencias