CARACAS (Agencias).— Otras tres personas se sumaron a las víctimas de la peor ola de protestas en más de una década en Venezuela, dijeron ayer testigos y medios locales, aumentando a 34 los fallecidos desde que comenzaron las manifestaciones contra el gobierno socialista de Nicolás Maduro, hace más de un mes.

Diversas marchas opositoras y afines al chavismo colmaron ayer las calles de la capital Caracas y las principales ciudades del país. Unos denunciaban al gobierno “dictatorial” de Maduro y otros la “violencia fascista” que atribuyen a las manifestaciones antigubernamentales.

Maduro, quien ha culpado a sus adversarios políticos de querer desbancarlo siguiendo el libreto de un golpe de Estado que alejó brevemente del poder al fallecido Hugo Chávez en 2002, fustigó nuevamente a la oposición en el epílogo de una marcha de estudiantes chavistas.

“No tengan ninguna duda, la derecha venezolana ha derivado hacia posiciones extremistas, neofascistas”, dijo Maduro.

El presidente acusó a la derecha de quemar “no sólo la Unefa (Universidad Experimental de la Fuerza Armada) de San Cristóbal”, sino “15 universidades o recintos universitarios en el país. En Venezuela hay un golpe de Estado contra el pueblo”.

Los opositores —en su mayoría estudiantes— permanecen firmes en las calles reclamando por el alto costo de la vida, la acuciante escasez de bienes básicos y la inseguridad de las que culpan a Maduro, un ex chofer de autobús de 51 años.

Al final de una de las manifestaciones contra el gobierno, la esposa del encarcelado líder opositor Leopoldo López leyó una carta donde su marido pidió la renuncia de Maduro, a quien acusó de ser “el dictador de Venezuela”.

López, de 41 años, lleva preso un mes en una cárcel militar, acusado de azuzar la violencia.

Sobre las tres muertes más recientes, se informó que se trata de Jesús Labrador, quien ayer murió de un disparo en el tórax en la ciudad de Mérida, luego de un enfrentamiento entre opositores que protestaban contra el gobierno y encapuchados, supuestamente oficialistas. Los otros dos decesos se registraron el viernes, uno en Valencia (la de Argenis Hernández, de 26 años) y el otro en San Cristóbal (de Wilfredo Rey, de 31 años).

Las manifestaciones antigubernamentales se han caracterizado por una fuerte represión del ejército y la policía. La fiscalía ha abierto 59 investigaciones sobre presuntas violaciones a los derechos humanos de los manifestantes, por las que están presos 17 funcionarios de las fuerzas de seguridad.

También están detenidos, bajo la acusación de no hacer lo suficiente para despejar las barricadas en sus municipios, los alcaldes Enzo Scarano, de San Diego, en el central estado Carabobo y Daniel Ceballos, de San Cristóbal, del andino Táchira. Además, Maduro exigió al alcalde de Chacao, el opositor Ramón Muchacho, garantizar la paz en ese municipio del área metropolitana de Caracas, o de lo contrario, advirtió, tendrá que enfrentar a la justicia de Venezuela.

En otro orden, el mandatario aprobó un multimillonario presupuesto —equivalente a mil 400 millones de dólares— para ejecutar obras estructurales de más de nueve mil mesas técnicas, que permitirán garantizar el suministro de agua a todos los venezolanos.