Mientras los mercados brasileños no disimularon la alegría por los resultados electorales de la primera vuelta de las elecciones del domingo, la presidenta Dilma Rousseff y el socialdemócrata Aécio Neves salieron ayer en busca de los casi 20 millones de votos de la ambientalista Marina Silva, para tratar de sacar ventaja de cara a la segunda vuelta.

“Vamos a tener una vez más en Brasil la confrontación de dos proyectos con una peculiaridad; ambos ya tuvieron su tiempo. No sólo vamos a comparar programas sino ejemplos muy concretos” como los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y los del PT desde 2003 hasta hoy, dijo Rousseff quien se declaró abierta los cambios.

Con 43.2 millones de sufragios (41.59 %) la jefa de Estado sostuvo que “una parte de los votos de Marina se van a dividir entre mi candidatura y la de Aécio”, al tiempo que reconoció haber conversado con Silva para felicitarla por la elección y “le dije que ambas íbamos a luchar para transformar a Brasil”. Por su parte, Neves también confió haber hablado con Marina y dijo que “tenemos muchas coincidencias en cuanto a los problemas del país” pero pidió “tiempo al tiempo para hablar de apoyos”.

En términos de reacciones la más notoria tras los comicios fue la de la Bolsa de Valores de Sao Paulo (Bovespa) que subió 4.72%, la mayor alza desde agosto de 2011.