KIEV (DPA y EFE).— La tensa situación que desde hace meses se vive en Kiev se cobró en las últimas horas sus primeras víctimas mortales, con dos fallecidos por heridas de bala confirmados por la Fiscalía General, aunque la oposición habla de al menos siete muertos durante las protestas antigubernamentales en la Plaza Maidan, en las que los líderes de la oposición llamaron a resistir al presidente Viktor Yanukovich y pidieron su renuncia en un lapso de 24 horas.

“Mañana avanzaremos. Si hay una bala en la cabeza, habrá una bala en la cabeza”, dijo el ex ministro del Exterior Arseni Jazenjuk.

Analistas independientes en Kiev creen que los responsables de las dos primeras muertes fueron francotiradores de las fuerzas de seguridad, algo que niega el gobierno. De ser cierto, se trataría de la primera operación armada contra la oposición desde la independencia de la ex república soviética, en 1991.

Las protestas hasta ahora pacíficas en Kiev comenzaron a finales de noviembre, después de que el presidente Viktor Yanukovich diera marcha atrás en el último momento a la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) por presión de Rusia. Sin embargo, se tornaron violentas a partir del domingo, a raíz de controvertidas leyes que recortan las libertades de prensa y manifestación.

Los cadáveres de las dos primeras víctimas fueron llevados a la biblioteca de la Academia de Ciencias.

Según la oposición, un tercer manifestante habría muerto al caer de unos 13 metros de altura al intentar huir de la policía, aunque el responsable del departamento de salud de Kiev, Vitaly Mokhorev, negó que hubiese fallecido y dijo que había sido hospitalizado con una contusión.

Horas más tarde, la oposición elevó a cinco el número de fallecidos por disparos y la prensa habló del hallazgo de dos cadáveres con signos de violencia en un bosque a las afueras de Kiev. “Hoy, el gobierno dispara como respuesta a las exigencias de la gente de su propio país”, dijo el opositor Vitali Klitschko, quien culpó al régimen de llevar a cabo una provocación intencionada, ante manifestantes pro Occidente en Kiev.

Por la noche se reunieron unos 50 mil manifestantes en el centro de la capital para protestar contra el accionar de la policía.

Yanukovich pidió a los ucranianos volver “a sus casas. Debemos restituir la paz, tranquilidad y estabilidad en Ucrania”.

En una primera reacción, el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, deploró el uso de la violencia y afirmó que la UE evalúa “posibles medidas” sobre Ucrania. En Estados Unidos, Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado, dijo que el país ya ha revocado los visados de varias personas responsables de la violencia y no descartó medidas adicionales.