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Ucrania la revolución de la plaza

Eduardo Mora Tavares| El Universal
Domingo 23 de febrero de 2014
Ucrania la revolucin de la plaza

VICTORIA. Manifestantes antigubernamentales en la plaza de la Independencia de Kiev frente a un cartel de la liberada ex primera ministra Julia Timoshenko. (Foto: VASILY FEDOSENKO REUTERS )


Video. Destituyen al presidente de Ucrania y convocan a elecciones

Las violentas protestas en la ex república soviética, con un alto saldo mortal, derriban al gobierno prorruso en un giro político vertiginoso

eduardo.mora@eluniversal.com.mx

UNA NACIÓN DIVIDIDA
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Ucrania vivió esta semana las protestas más violentas de su historia inmediata, con más de 70 muertos y centenares de heridos. Las imágenes de las barricadas y los enfrentamientos en la plaza de la Independencia, en pleno centro de Kiev, ocupada por miles de manifestantes que reclamaban al gobierno del presidente Viktor Yanukovich un modelo más democrático y una asociación con la Unión Europea (UE), impactaron al mundo, al dar cuenta de una nueva revolución en las calles, que terminó por derribar a un régimen autoritario que quiso destruir a la sociedad civil amparado en el ejército, la policía antimotines y, en este caso, su alianza con Rusia.

El alto costo humano de la revuelta que no pudo ser apagada a sangre y fuego en pleno continente europeo hizo temer el estallido de una guerra civil y la eventual división del antiguo granero de la desaparecida Unión Soviética. Algunos observadores internacionales incluso vieron renacer el espectro de la Guerra Fría en el conflicto, debido a que trascendía los límites geográficos de Ucrania y parecía abrir una nueva confrontación Este-Oeste, un choque geopolítico entre Washington — más sus aliados europeos— y Moscú, que ve en Ucrania una zona de seguridad (Buffer State).

La crisis ucraniana tiene esas dimensiones: un conflicto doméstico entre el gobierno y una oposición dividida en tres bloques principales, y una disputa internacional que recuerda la vieja lucha por las zonas de influencia, en las que las caras visibles son la UE y Rusia.

El origen de la confrontación que ha desangrado a la ex república soviética es la disputa por el modelo político que debe adoptar el país y sus alianzas externas.

Sin una tradición democrática, tras ser por décadas una república de la URSS, la más importante después de Rusia, Ucrania proclamó su independencia en agosto de 1991, a la caída del comunismo soviético. Para analistas de la CIA, “la democracia y la prosperidad aún son difíciles de alcanzar en Ucrania debido al legado de control estatal y la corrupción endémica que han frenado los esfuerzos de reforma económica, la privatización de la economía y la ampliación de las libertades civiles”.

Una masiva protesta pacífica a finales de 2004, conocida como “Revolución Naranja”, obligó a anular una elección presidencial denunciada como fraudulenta que había ganado Viktor Yanukovich, del prorruso Partido de las Regiones, y a convocar a nuevos comicios monitoreados internacionalmente que llevaron al poder al reformista y proeuropeo Viktor Yushchenko, del partido Nuestra Ucrania. Julia Timoshenko se convirtió en su primera ministra y ejerció el cargo entre enero y septiembre de 2005.

Disputas internas en el gobierno de Yushchenko posibilitaron el regreso al poder de su rival Yanukovich como primer ministro, en las elecciones de 2006. Pero Yanukovich perdió el cargo frente a Timoshenko, en una elección parlamentaria anticipada en 2007. En la rueda de la fortuna política, Yanukovich ganó las elecciones presidenciales de 2010 y de inmediato, la Rada, el parlamento ucraniano, aprobó un voto de desconfianza contra Timoshenko y la obligó a renunciar en marzo de ese año.

Acusada de abuso de autoridad por el nuevo gobierno, Timoshenko fue condenada a 7 años de cárcel, en octubre de 2011, en medio de críticas internacionales que vieron en el caso una aplicación selectiva de la justicia.

En octubre de 2012, Ucrania celebró elecciones parlamentarias, criticadas en Occidente por el desvío de recursos públicos en favor del partido gobernante y el acoso a los candidatos opositores. El escenario ucraniano se deterioró en noviembre del año pasado, cuando Yanukovich hizo a un lado el acuerdo de asociación que debía firmar Ucrania con la UE, presionado por Rusia, con la que tiene fuertes vínculos históricos y que impulsa su propia unión económica de Eurasia con las repúblicas ex soviéticas.

El nacimiento del país

“El país que conocemos ahora como Ucrania fue una creación de la Primera Guerra Mundial —que destruyó los imperios austriaco y ruso—, pero su pueblo no fue llamado ucraniano hasta que se obtuvo la independencia. Dividida por el idioma y la religión durante el siglo XIX, Ucrania fue más la expresión de una división geopolítica que emergió en la Primera Guerra Mundial que una nación”, apuntó el historiador Orlando Figes, de la Universidad de Londres, en un análisis para Foreign Affairs en diciembre pasado. Ucrania obtuvo su independencia con la derrota de la Rusia soviética por Alemania y por el tratado de Brest-Litovsk, pero volvió al seno soviético cuando los bolcheviques ganaron la guerra civil rusa en 1921 y proclamaron a Ucrania como república socialista en 1922.

Bajo la dictadura de Stalin, Ucrania sufrió la colectivización de la agricultura, causante de la gran hambruna de 1932-33 que mató a 10 millones de ucranianos, así como una industrialización acelerada. En la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los ucranianos luchó junto al ejército soviético contra la invasión nazi, aunque sectores anticomunistas se aliaron con las tropas alemanas. Ocho millones de ucranianos murieron en el conflicto, incluyendo medio millón de judíos.

Tras el fin de la guerra (1945) y la muerte de Stalin (1953), un ruso-ucraniano se convirtió en el máximo líder de la URSS: Nikita Jruschov. La Ucrania que emergió en 1991, tras la disolución soviética fue “más unida y coherente como nación que la que entró a la URSS en 1922”, según Figes, pero esa Ucrania aún “está dividida entre quienes miran a Europa por sus ideales y valores —principalmente los jóvenes y ucranioparlantes del centro y el oeste— y los rusoparlantes del este y de Crimea, que prefieren mantener las viejas conexiones con Rusia”. En este marco, Yanukovich apostó por Rusia y la oposición lo hizo por Europa.

La violencia y la cuota de sangre pagada por los ucranianos obligaron a Yanukovich a firmar un frágil acuerdo el viernes pasado con la oposición para convocar a elecciones anticipadas, restablecer la Constitución de 2004 —que recorta poderes presidenciales y privilegia el sistema parlamentario— y formar un gobierno de unidad nacional. El acuerdo fue logrado con la mediación europea —los ministros del Exterior de Alemania, Francia y Polonia—, pero no contó con el respaldo de Rusia, lo que augura un futuro complejo.

Tres líderes sobresalientes

Según la periodista Annabelle Chapman (Foreign Affairs, edición online del 21 de enero), en la revolución de la plaza han sobresalido tres opositores: el ex campeón mundial de boxeo Vitali Klitschko, de la Alianza Democrática Ucraniana por la Reforma, que busca una relación cercana con la UE, porque ha vivido en Europa y desea que los ucranianos disfruten algún día de los niveles de vida europeos; el líder del partido nacionalista Svoboda (Libertad), Oleh Tyahnybok, quien a veces usa una retórica antisemita y xenófoba (dice que la mafia ruso-judía controla Ucrania); y Arseniy Yatsenyuk, del partido Unión de la Patria, de lejos el político más experimentado (ha sido canciller, ministro de Finanzas y líder parlamentario) quien ofrece, de acuerdo con Chapman, la mejor opción para Ucrania.

El gran problema, de acuerdo con el análisis de Figes, es que el sueño de millones de ucranianos de acercarse a Europa choca con la dura realidad de un país que depende energéticamente de Rusia, la cual posee además la mayoría de su deuda y tiene fuertes lazos con su sector industrial. Rusia ofrece dinero y autoritarismo, Europa occidental sólo el ejemplo del modelo democrático. “Ucrania es demasiado grande y pobre para ser absorbida por la UE”, advierte Figes. Lo cierto hoy es que Timoshenko está libre y busca la presidencia y Yanukovich está fuera del poder.





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