MADRID.— La proclamación de Felipe VI no fue todo lo tranquila que la Casa Real deseaba. Cientos de personas contrarias a la monarquía se manifestaran pacíficamente por las calles aledañas al Congreso de los Diputados, donde se celebró la proclamación, y en la Puerta del Sol, cerca también del Palacio Real en una marcha que había sido prohibida por la Delegación del Gobierno de Madrid y que acabó con tres detenidos, muchos empujones y golpes por parte de la policía a los manifestantes.

Luciendo banderas y camisetas republicanas, y entonando cánticos en favor de la república como “Los Borbones, a los tiburones” o “España, mañana, será republicana”, los manifestantes se congregaron en los alrededores de la Puerta del Sol que permaneció toda la mañana cerrada al público.

Algunos de ellos llevaban la boca tapada con esparadrapos en los que ponían “libertad” y otros gritaban consignas como “la voz del pueblo no es ilegal”, “basta ya de estado policial”, “pueblo de Madrid movilízate” y “a estos fascistas párales los pies”.

Rafael Flores, representante de la Coordinadora Republicana de Madrid, fue uno de los detenidos en la calle la Salud, cuando trataba de llegar a la Gran Vía, calle por la que pasó el cortejo real. Se le acusó de desobediencia por gritar “Viva la República” y lucir una bandera republicana. También otras dos mujeres fueron arrestadas cerca de la calle de la Montera, cuando pretendían acceder a la plaza de Oriente a través de la Puerta del Sol.

Ambas están acusadas de resistencia a agentes de la autoridad y desobediencia. Los tres jóvenes fueron esposados y trasladados a la comisaría donde prestaron declaración y de donde se les puso en libertad unas horas después. Ahora el juzgado de instrucción decidirá si sigue adelante con un procedimiento de faltas o si archiva la causa.

“No estamos haciendo nada. Sólo queremos vivir bajo una república y por eso nos manifestamos pacíficamente”, gritaba uno de los detenidos. “Llevar una bandera republicana no es delito”, aseguraba otra de las mujeres mientras era trasladada violentamente por dos miembros de la policía y en medio de gritos contra la monarquía de varios manifestantes.

En un primer momento, la Policía Nacional les impidió el paso a la Puerta del Sol, que se cerró al público durante toda la mañana, pero después los concentró en un lateral de la plaza y luego, ante la insistencia de los manifestantes les permitió continuar la marcha en dirección a Tirso de Molina hasta donde les escoltó.

Una vez allí donde fueron recibidos con aplausos y banderas republicanas por algunos vecinos desde los balcones de sus viviendas, la policía les dejó manifestarse libremente puesto que se encontraban bastante lejos de la Plaza de Oriente, donde está ubicado el Palacio Real, y del recorrido de la comitiva real en el que sí estaban prohibidas banderas y otros símbolos republicanos ya que podían suponer una provocación hacia las personas que habían asistido a la ceremonia de proclamación.