Tensión racial no cede en Missouri
ENOJO. Manifestantes protestaron la noche del martes por el asesinato de Michael Brown. La policía ha llamado a evitar marchas nocturnas para evitar desmanes. (Foto: MARIO ANZUONI / REUTERS )
WASHINGTON.— La paciencia y la tranquilidad que ha recomendado el presidente Barack Obama tras el asesinato el sábado del joven afroestadounidense Michael Brown a manos de un policía en Ferguson, Missouri, se enfrenta a la indignación de la comunidad negra de la entidad, que se queja de una sistemática labor de encubrimiento.
En medio de una ola de protestas, que continuaban ayer, el alcalde de Ferguson, James Knowles, hizo un llamado a la calma y pidió a los manifestantes que protesten sólo durante el día para evitar que se produzcan más disturbios nocturnos.
Estos llamados se producen horas después de que la policía del condado de St. Louis hiriera ayer a otro joven que iba armado y apuntó a un agente con un arma. Este joven de 19 años se encuentra hospitalizado en estado crítico. Los hechos ocurrieron cerca del lugar donde murió Brown.
Desde el trágico incidente del sábado, la policía no ha dado a conocer la identidad del agente, ni ofrecido un informe pormenorizado del incidente. El vacío informativo, las sospechas de encubrimiento y el dolor de la familia Brown se han convertido en un cóctel explosivo que ha asolado las calles de Ferguson, una comunidad donde la mayoría de su población (68%) es negra y donde los blancos son también mayoría, pero entre los oficiales de la policía (50 de 53).
Por el momento, la policía de Ferguson se ha limitado a señalar que su agente sufrió una agresión del joven cuando éste se enfrascó en una pelea. Esta versión contrasta con la que ha ofrecido el único testigo presencial del suceso, Dorian Johnson, un amigo de Brown que escapó de la escena mientras éste era abatido por el policía, que llegó a disparar hasta 7 tiros.
El hecho de que este testigo clave no haya sido llamado a declarar, tres días después del incidente, sólo ha conseguido atizar el ambiente de indignación entre quienes acusan a la policía de encubrimiento e impunidad.
El ánimo de protesta y revuelta ha obligado a la policía local a fijar reglas lo más parecido a un estado de excepción, prohibiendo las marchas y protestas celebradas de noche, en vista de los altercados e incidentes violentos que se han sucedido desde el asesinato.
El caso de este joven afroestadounidense, estudiante de preparatoria de 18 años, que luchaba por no quedar rezagado en su historial académico mientras jugaba futbol americano como defensa, ha atraído la atención de los medios de comunicación a nivel nacional para llevar registro puntual de esa guerra interna que sigue librando Estados Unidos contra el racismo.
En Twitter comenzó una campaña con el hashtag "If They Gunned Me Down" (Si me mataran a tiros) para protestar por la imagen estereotipada que dan algunos medios de los jóvenes afroestadounidense, a los que con frecuencia asocian con bandas de delincuentes y narcotraficantes. (Con información de DPA)