BRASILIA (Agencias).— La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, declaró ayer que el ministro de Hacienda Guido Mantega le informó que no permanecerá en el cargo si ella es reelegida en las próximas elecciones.

“Guido ya me comunicó que no tiene posibilidades de quedarse en el gobierno en un segundo mandato por razones personales, que les pido a ustedes respetar”, expresó la mandataria.

En un cambio de estrategia para obtener un mayor apoyo, Rousseff aseguró que si resulta elegida para un segundo mandato sustituirá a algunos de los miembros de su equipo económico y cambiará las políticas para reanimar una economía que cayó en recesión este año. Mantega, el ministro de Finanzas que más tiempo lleva ocupando ese cargo en Latinoamérica, es considerado uno de los principales lastres políticos para Rousseff, a quien sus rivales acusan de hundir la otrora floreciente economía brasileña.

La candidata del Partido de los Trabajadores recuperó algo de terreno la semana pasada, pero los sondeos mostraron que sigue por detrás de la ambientalista Marina Silva en un probable balotaje.

En una entrevista con periodistas del diario Estado de Sao Paulo, Rousseff anunció cambios en las políticas económicas si es reelegida, aunque no brindó más detalles.

Entretanto, se informó que una docena de políticos de alto nivel en Brasil fueron vinculados por un ex directivo de la petrolera estatal brasileña Petrobras, con una trama de corrupción en un escándalo que podría afectar los comicios presidenciales.

Paulo Roberto Costa, uno de los directores de Petrobras entre 2003 y 2012, en prisión preventiva desde marzo pasado por su rol en un esquema millonario de comisiones, declaró a la policía que 3% del valor de los contratos que la petrolera firmaba con prestadores de servicios iban al bolsillo de diputados, políticos y empresarios influyentes. Las comisiones pagadas entre mayo de 2004 y abril de 2012 superarían, según dijo Costa, los mil 500 millones de dólares.