Brasilia.— La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, admitió ayer por primera vez que existió desvío de dinero en el ente estatal Petrobras y se comprometió a hacer lo posible para resarcir al Estado.

“Haré todo lo que me sea posible para resarcir al país. Si hubo desvío de dinero público, lo queremos de vuelta. ‘Si hubo’, no. (Sí,) hubo” desvío, se corrigó a sí misma la mandataria, admitiendo de ese modo las acusaciones de corrupción que afectan a la petrolera estatal.

Durante una rueda de prensa realizada en Brasilia pocos días antes de que Rousseff se mida en segunda vuelta por su reelección, la presidenta y candidata del Partido de los Trabajadores (PT) fue consultada sobre las denuncias lanzadas por el ex director de la compañía estatal Paulo Roberto Costa, quien está preso por lavado de dinero.

Costa, a cambio de que se le reduzca la pena, denunció una red de corrupción que actuó durante varios años en el seno de la empresa estatal desviando dinero de contratos de Petrobras para financiar al PT de Rousseff y grupos aliados.

Las denuncias también salpicaron al opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuyo candidato a la presidencia, Aécio Neves, se medirá el día 26 contra Rousseff.

La red denunciada por Costa involucra a decenas de parlamentarios, gobernadores, ministros y políticos, y su periodo de actuación coincidió, en parte, con el tiempo en que Rousseff presidió el Consejo de Administración de la mayor empresa pública de Brasil.

Consultada sobre qué medidas tomaría en caso de que se confirmen todas las denuncias, Rousseff respondió que como presidenta no podrá procesar a nadie, pero que hará los esfuerzos necesarios para recuperar el dinero desviado.

Dos sondeos del jueves revelaron que Neves tiene una ligera ventaja sobre Rousseff. Las encuestas apuntan que el opositor obtendría 51% de los votos, frente a 49% de la mandataria. El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, en su campaña por Dilma, sugirió ayer que Neves no respeta igual a las mujeres que a los hombres. Agencias