WASHINGTON.— En lo que parece un primer paso para abandonar el discurso de las deportaciones masivas y congraciarse con el electorado hispano, el Partido Republicano adelantó ayer parte de las propuestas que deslizará a los demócratas y a la Casa Blanca para permitir que millones de indocumentados puedan acceder a un estatus migratorio legal, aunque sin obtener la ciudadanía.

En un cónclave en Cambridge, Maryland, el liderazgo republicano filtró parte de “los principios” que convertirán en moneda de cambio frente a un Partido Demócrata que ayer reaccionaba con cautela, pero con optimismo ante el cambio de actitud de quienes hasta hace poco blandían el discurso de las autodeportaciones y de rechazo a la inmigración indocumentada.

“Si bien estos principios no representan todo con lo que estaríamos de acuerdo, abren la puerta para que tanto demócratas como republicanos en las dos Cámaras iniciemos el diálogo y aprobemos una reforma que ambas partes podamos aceptar”, dijo ayer el senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, uno de los principales impulsores de la iniciativa aprobada en 2013 en la Cámara Alta. “Es un cambio significativo, pero aún hay mucho que ver por delante”, dijo a su vez el concresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez.

Según el documento que ayer debatió el liderazgo republicano, tras la decisión de aceptar una vía a un estatus legal —que no a una ciudadanía—, está el interés para que la inmigración indocumentada deje de ser un problema de “seguridad nacional”. “Nuestra seguridad nacional y económica depende de que las personas que viven y trabajan aquí ilegalmente den paso al frente y cumplan con la ley”, dice.

En el documento se establece, con claridad, que “no habrá ningún camino especial a la ciudadanía para las personas que violaron las leyes de inmigración de nuestra nación”. Organizaciones defensoras de la comunidad migrante reaccionaron pidiendo más claridad a los republicanos. “Si han querido decir con esto que no habrá jamás una vía a la ciudadanía para quienes se acojan a esta propuesta, eso es inaceptable”, dijo Juan José Gutiérrez, de la organización Latinos USA. “Pero si esto es sólo el inicio de un diálogo y negociación que mantenga abierto el derecho de los legalizados a seguir los mecanismos tradicionales para obtener la ciudadanía, entonces estamos abiertos a esa posibilidad”, añadió.

Richard Trumka, presidente de la central sindical AFL-CIO, la más grande de EU, advirtió contra el peligro de crear una “subclase permanente” en caso de que los republicanos insistan en negar una vía a la ciudadanía a millones de personas.

El documento filtrado ayer por los republicanos adelanta que quienes sí podrán beneficiarse de una vía a la ciudadanía son los hijos de los indocumentados que llegaron a EU desde muy niños y que cumplen ciertas condiciones, como cursar estudios superiores o servir en el ejército (los llamados dreamers o soñadores) y que quienes decidan seguir el camino de la legalización deberán hacerlo a través de un estatus legal probatorio y admitiendo primero su culpabilidad. También deberán pasar un riguroso control de antecedentes, pagar una multa e impuestos atrasados y ser capaces de mantener a sus familias sin recurrir a los cheques o estampas de comida de la seguridad social.

En tanto, líderes del Senado del estado de Washington introdujeron su versión de una medida que extiende la ayuda financiera a dreamers, semanas después de que la cámara estatal aprobó un proyecto similar. Funcionarios del Senado dijeron que aprobarían tanto ese proyecto (6523) como otro para permitir que estudiantes miembros de la Guardia Nacional o en servicio militar activo, así como sus cónyuges e hijos, paguen las tasas de matrícula de los residentes.