WASHINGTON.— El líder de la mayoría republicana, John Boehner, anunció ayer su intención de demandar al presidente estadounidense Barack Obama por abuso de funciones y por operar al margen de la Constitución.

“El presidente no ha estado cumpliendo fielmente las leyes de nuestra nación”, soltó Boehner en el inicio de una ofensiva que se ha acentuado con la crisis de los niños inmigrantes que se agolpan en los puestos fronterizos de Texas.

La nueva embestida de los republicanos está relacionada con las órdenes ejecutivas del presidente Obama. Entre ellas, las que han permitido suspender temporalmente la deportación de hijos de indocumentados que hayan llegado antes del 2007.

En junio de 2012, Obama anunció la suspensión inmediata de las deportaciones contra jóvenes hijos de indocumentados que tuvieran menos de 30 años, que hubieran llegado antes de los 16 y no tuvieran un historial criminal.

Esta decisión, que ha beneficiado a miles de jóvenes indocumentados, ha sido utilizada por el liderazgo del Partido Republicano para acusar al presidente por incumplimiento de las leyes migratorias y, de paso, por el éxodo que ha creado una crisis humanitaria sin precedentes.

Este nuevo pulso de los republicanos contra Obama se produce cuando sólo faltan cinco meses para las elecciones legislativas de medio término, en las que los republicanos esperan capturar la mayoría en el Senado y mantener la que tienen en la Cámara Baja, a fin de lograr el control total del Congreso.

“La amenaza de Boehner es un subterfugio (electorero)”, acusó la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, al poner en perspectiva una demanda legal que tardaría varios años antes de resolverse en las cortes.

Desde el inicio de su segundo mandato, Obama se ha enfrentado a las amenazas de los republicanos de denunciarle ante la Suprema Corte de Justicia por su decisión de gobernar mediante una batería de órdenes ejecutivas, como resultado del bloqueo republicano a iniciativas como la reforma migratoria, la legislación para elevar el salario mínimo o la defensa de los derechos de los gays.

Activistas denunciaron los intentos republicanos por politizar el tema migratorio. “No podemos permitir que los políticos aprovechen esta crisis como una excusa para continuar defendiendo un trato inhumano y apostando por políticas de deportación que separan a más de mil familias por día y contribuyen al maltrato de los niños no acompañados que buscan seguridad en Estados Unidos”, consideró Cristina Jiménez, de la organización United We Dream.

Jiménez, quien reconoció que aunque muchos de los niños que han llegado en oleadas no podrán beneficiarse de programas como el DACA (Acción Diferida para la Llegada de Menores), deberían tener derecho a un debido proceso y a un trato humanitario.

La amenaza de demanda de los republicanos, que acusan al presidente de tratar de recortar el poder del legislativo durante sus 5 años de mandato, fue respondida inmediatamente desde la Casa Blanca, que lamentó la pérdida de tiempo y recursos de los legisladores republicanos. “Francamente creo que la idea de demandar al presidente, por que éste ha decidido hacer su trabajo, no contará con el respaldo de la sociedad”, consideró el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

En tanto, la ciudad de Escondido, California, rechazó una solicitud del gobierno federal para abrir un albergue destinado a decenas de menores indocumentados que viajaron solos a Estados Unidos.

Muerta, reforma migratoria

El congresista demócrata Luis Gutiérrez, uno de los principales impulsores de la reforma migratoria en Estados Unidos, afirmó ayer que dicha iniciativa ha quedado muerta en el Congreso debido al nulo trabajo de los republicanos.

En la Cámara de Representantes, Gutiérrez dijo que se terminó la oportunidad de los republicanos para jugar un papel clave en la política migratoria, pues desde hace exactamente un año tuvieron oportunidad para presentar su propia iniciativa y fallaron. (Con información de agencias)