CIUDAD DEL VATICANO (Notimex).— El papa Francisco bromeó ayer con un grupo de obispos latinoamericanos sobre el susto que pasó la selección brasileña el jueves, en el partido inaugural de la Copa del Mundo Brasil 2014, y demostró estar informado sobre el cotejo.

El arzobispo de Villavicencio en Colombia, Óscar Urbina Ortega, reveló el episodio después de su reunión con Francisco la mañana de este viernes, como parte de la fundación vaticana “Populorum progressio” para América Latina.

La cita tuvo lugar en la biblioteca papal del Palacio Apostólico y duró unos 40 minutos. En la misma tomaron parte obispos de Ecuador, República Dominicana, Perú, Bolivia y Brasil.

“Fue un encuentro muy jovial, muy informal, me gustó mucho. Antes de abordar los temas que él nos quería compartir como ruta de su pontificado, bromeó sobre el futbol”, señaló Urbina.

“Hizo un chiste acerca del partido de ayer, dijo que los brasileños se habían asustado un poco, que estaban preocupados al principio pero que, finalmente, se consolidó la victoria para Brasil”, agregó.

Según el prelado, Jorge Mario Bergoglio les contó una anécdota sobre su audiencia con la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, en febrero pasado, durante la cual ella le pidió dos cosas, la primera el videomensaje de saludo al Mundial que el Papa registró y que la televisión brasileña transmitió el jueves.

Precisó que para la segunda petición, Rousseff se puso seria y entonces el Pontífice pensó: “¿Qué será?”. Entonces la presidenta le pidió “neutralidad” para que no rezara por Argentina, porque si no tendría una ventaja en la máxima justa de futbol del orbe.

Recordó que cuando Francisco rezó por San Lorenzo de Almagro, su equipo (en el torneo argentino de primera división), éste llegó a ganar el campeonato y por eso le pidió neutralidad, “para que no pasara lo mismo ahora”.

“Entonces él le respondió que debía rezar por todos”, afirmó el obispo colombiano.

Sostuvo que el Papa estaba muy contento porque logró pasar su mensaje de hacer que la Copa del Mundo Brasil 2014 sea un escenario de fraternidad, solidaridad y respeto profundo, como elementos que construyan paz.

“Eso es muy importante porque en mi país, en Colombia, los escenarios deportivos se han convertido en campos de guerra y hemos llegado a tener muertos. Eso no puede ser porque los estadios no nacieron para eso, deben ser espacios de encuentro y respeto hacia quien apoya un equipo distinto al que uno quiere”, apuntó.