Pega a Hollande crisis política y personal
EL PRESIDENTE. Francois Hollande, en la comparecencia de prensa en la que fue cuestionado sobre su vida sentimental, ayer. (Foto: IAN LANGSDON EFE )
MADRID.— El presidente francés, el socialista Francois Hollande, atraviesa por una profunda crisis no sólo política, sino personal, enfrentado a su bajísima popularida y al escándalo por un supuesto affaire con una actriz, hecho que de paso puso su seguridad sino en peligro, al menos sí en duda. El mandatario tenía pensado aprovechar la rueda de prensa que con motivo del inicio del 2014 ofreció ayer en el salón de Fiestas del Palacio del Elíseo, para anunciar sus planes económicos para este año y su nueva política “social liberal”.
Su impopularidad (apenas 25% de los ciudadanos apoya su gestión) y sobre todo, la mala situación por la que atraviesa la “gran Francia”, donde el desempleo no deja de crecer y la salida de la crisis económica se ve todavía muy lejana, le habían llevado a tratar de reconquistar a los votantes. Al encuentro con los medios de comunicación tras las fiestas navideñas acudieron casi 700 reporteros de medios nacionales e internacionales. Era la oportunidad ideal para hacerlo.
Sin embargo, la publicación por parte del semanario sensacionalista Closer de un reportaje titulado “El amor secreto del presidente” (L’amour secret du president), en el que aparece saliendo y entrando de un departamento donde se ve con una supuesta amante, la actriz francesa Julie Gayet, de 41 años, no sólo eclipsó el anuncio que hizo de una serie de medidas económicas, sino que enseguida se vio obligado a hablar sobre su vida sentimental.
La primera pregunta de un periodista fue si su compañera sentimental, Valerie Trierweiler, de 48 años, madre de tres hijos y periodista de la revista Paris Match, seguía siendo primera dama de Francia. “Este no es el lugar ni el momento”, contestó Hollande, quien no obstante reconoció que estaban pasando un momento “de dificultad” y anunció que clarificará su situación personal antes de su viaje oficial a Estados Unidos, el próximo 11 de febrero.
La presunta relación amorosa de Hollande con Gayet ha abierto un debate en Francia sobre el derecho a la vida privada de las personas, sobre su seguridad y el papel de la primera dama. Aunque en Francia la figura de la primera dama no está regulada por ley, disfruta de una serie de prebendas como tener un despacho en el Elíseo y un equipo de cuatro profesionales a su servicio más otro equipo de seguridad. Además, acompaña a su pareja en los viajes al extranjero y lleva a cabo trabajos de carácter humanitario.
Por eso son muchos los que se preguntan si Valerie puede seguir beneficiándose de los privilegios de los que goza y que pagan los contribuyentes, si ya no es la pareja de Hollande. Aunque la mayoría de los políticos dicen que el presidente tiene derecho a una vida privada, algunos de sus rivales, como el presidente del partido conservador UMP, Jean-Francois Copé, le han pedido que aclare si Valerie, que desde el viernes está hospitalizada por un ataque de nervios tras conocer la noticia, sigue siendo considerada la primera dama.
También el tema de la seguridad se ha puesto sobre la mesa. La prensa gala, que habitualmente respeta el derecho a la intimidad de los políticos, en esta ocasión no ha guardado tanto respeto y han sido numerosos los artículos publicados que han desvelado detalles sobre la vida amorosa del mandatario.
¿En peligro?
Detalles como que en sus escapadas nocturnas al departamento de su supuesta amante, Hollande, de 59 años, se trasladó en motocicleta, con sólo dos escoltas y sin que lo supiera la jefa de su dispositivo especial de protección (GSPR), Sophie Hatt. ¿Puede poner en peligro su seguridad? Se pregunta la opinión pública, considerando que el fotógrafo que tomó las imágenes lo hizo desde un departamento enfrente al que acudía él.
Por esas fallas, el trabajo de Hatt, la primera mujer en estar a cargo de la seguridad del Elíseo, está en peligro. El diario francés Le Monde afirma que Hatt no cumplió con su tarea de verificar la seguridad del “nidito de amor” de Hollande, que pertenece a una amiga de Gayet, la también actriz Emmanuelle Hauck, cuyos antecedentes tampoco se comprobaron. Hauck era la novia de Francois Masini, a quien se atribuyen nexos con la mafia de corsa y fue asesinado en mayo del año pasado.
Hasta el paparazzi que desvelo el affaire, Sebastiene Valiela, ha cuestionado la seguridad de Hollande. En declaraciones a al emisora RTL, dijo ayer tenía al presidente al “alcance de mi objetivo” y que si hubiera querido, él mismo hubiera podido atentar en su contra con gran facilidad.
En su discurso de ayer, Francois Hollande dijo: “Cuando hago viajes privados tengo una protección menos sofocante, pero estoy protegido en todas partes”.
El presidente anunció recortes en el gasto público por 50 mil millones de euros, una reducción de impuestos para las empresas y los autónomos, programas contra el fraude fiscal y un consejo de ministros conjunto con Alemania para impulsar el eje franco-alemán. Sin embargo, su vida personal eclipsó temas como el desempleo, la crisis, la inmigración y el terrorismo.
Con el rostro muy serio, ayer Hollande se limitó a decir que Trierweiler “está descansando” y que no hablaría más sobre ese tema. “Son momentos dolorosos. Pero tengo un principio, que los asuntos privados se traten en privado, con una intimidad respetuosa de cada uno”. También reconoció sentirse indignado con la revista, aunque no les demandará “porque también soy presidente y no quiero que haya medio rasero”.
En cuanto a Hollande, como comprobó ayer, sus amores se han convertido, sin él quererlo, en un asunto de Estado.