GAZA (Reuters y DPA).— Miles de palestinos furiosos se expresaron ayer a favor de una nueva Intifada o levantamiento contra Israel durante el funeral de un adolescente que se cree habría sido secuestrado y asesinado por judíos de ultraderecha.

Las piedras lanzadas a la policía israelí se encontraron con gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y balas de goma en una de las jornadas más intensas y llenas de hostilidad en Jerusalén en años mientras el cuerpo de Mohammed Abu Khudair, de 16 años, era trasladado por su barrio bajo un sol sofocante.

Los médicos dijeron que 15 manifestantes fueron tratados por heridas. No hubo comentarios inmediatos de detenciones por parte de israelíes.

En otro episodio de violencia, militantes palestinos dispararon cohetes y morteros desde la frontera de la Franja de Gaza, y fueron seguidos por bombardeos de artillería israelí, aunque nadie resultó herido.

Los funcionarios palestinos, que intentaban calmar la tensión de las últimas semanas, dijeron que evitarían cualquier Intifada, o levantamiento, y que buscarían una solución a la crisis que comenzó cuando tres adolescentes israelíes fueron secuestrados en la ocupada Cisjordania el 12 de junio.

El hallazgo de sus cadáveres el lunes generó un duelo nacional en Israel. Las tensiones se agudizaron después de que Abu Khudair fue secuestrado el miércoles en su barrio árabe de Jerusalén y de que su cuerpo carbonizado apareció horas más tarde en un bosque próximo a la ciudad. Muchos palestinos, entre ellos el presidente Mahmmoud Abbas, aseguran que fue víctima de judíos de ultraderecha enfurecidos por el descubrimiento esta semana de los restos de los tres adolescentes judíos.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó de “repugnante” el asesinato de Abu Khudair y ordenó una rápida investigación policial.

Luego de que Israel movilizara a sus tropas a las inmediaciones de Gaza en una amenaza de invasión, Egipto intentó mediar para buscar una tregua. Según el diario palestino Al Quds, Hamas e Israel llegaron a un acuerdo bajo mediación egipcia de cesar los ataques durante 72 horas.

Sin embargo, la versión no fue confirmada y el ministro del Exterior israelí, Avigdor Lieberman, advirtió durante una visita a la ciudad fronteriza de Sderot que un alto el fuego sería un “grave error”. “Debemos apresar a aquellos que apoyan el terrorismo, incluyendo a (el líder de Hamas) Jaled Mashaal y (Ismail) Haniyeh, que tienen que ver con ello, y deben saber que son blancos legítimos”.

Las muertes de los cuatro adolescentes intensificaron las ofensas mutuas que se han enconado desde que Netanyahu abandonó las conversaciones de paz en abril ante el sorpresivo acuerdo de poder compartido entre los líderes de Gaza y Cisjordania.

Netanyahu acusó a insurgentes de Hamas de secuestrar a los tres israelíes y el ejército montó una búsqueda de unas dos semanas de duración en Cisjornadia y una redada contra activistas e instituciones del movimiento. Cientos de palestinos, muchos de ellos miembros de Hamas, fueron detenidos.

Ayer, quienes lloraban a Abu Khudair reclamaron ataques para presionar a Israel y que libere a los palestinos en sus cárceles.

“Oh, brigadas Qasam (de Hamas), venganza, venganza. Háganlo de nuevo y liberen a prisioneros”, cantó la multitud, junto con peticiones para reavivar la Intifada que los palestinos iniciaron por última vez hace una década.