MONROVIA (Agencias).— Liberia cerró ayer un importante hospital de su capital Monrovia, después de que un sacerdote español y otros trabajadores de salud y misioneros contrajeran ébola, mientras la cifra de muertos por el peor brote de la enfermedad jamás registrado ascendió a 932 tras extenderse en África Occidental.

El brote de la letal fiebre hemorrágica ha sobrepasado los sistemas de salud rudimentarios de la región y llevó a despliegues de tropas para aplicar cuarentenas en las áreas más afectadas de las fronteras entre Guinea, Liberia y Sierra Leona.

Liberia decretó estado de emergencia y esta semana ordenó cremar todos los cadáveres de víctimas del virus del ébola, a fin de impedir su propagación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó otras 45 muertes en tres días hasta el 4 de agosto. Expertos de la entidad iniciaron ayer una reunión en Ginebra que se prolongará hasta hoy para discutir si el brote constituye una “emergencia de salud pública de preocupación internacional” y evaluar medidas.

En Estados Unidos, por lo pronto, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) elevó su alerta por el virus del ébola a nivel 1, el más alto emitido ante la presencia del actual brote originado en África occidental y debido a su “potencial para afectar muchas vidas”.

Cuba por su parte adoptó medidas para evitar la entrada del mortal virus al país caribeño, entre ellas el control diario de sus colaboradores médicos en África, informó ayer la televisión estatal.

La OMS dijo también que el número de casos sospechosos, probables o confirmados subió a mil 711. De los casos recientemente reportados, 27 eran de Liberia —con 516 contagiados y 282 muertes desde el inicio del brote en febrero—.

La muerte de un ciudadano estadounidense por la enfermedad en Nigeria el mes pasado tras haber viajado desde Liberia desató la alarma internacional en torno al virus.

El ministerio de Salud dijo ayer que la enfermera nigeriana que trató al estadounidense fallecido, Patrick Sawyer, también pereció por el ébola y hay cinco pacientes más.

En Arabia Saudita, un hombre sospechoso de contraer el ébola durante un reciente viaje de negocios a Sierra Leona murió ayer en Yeda. En Liberia, muchos residentes han entrado en pánico y en algunos casos están tirando los cuerpos de sus familiares a las calles de Monrovia para evitar medidas de cuarentena.

El hospital católico St. Joseph fue cerrado después de que el director de un hospital camerunense muriera por ébola, dijeron las autoridades. Más tarde, seis miembros del personal de salud dieron positivo a la enfermedad, incluyendo dos religiosas y el sacerdote español Miguel Pajares, de 75 años. El gobierno español repatriará a Pajares, el primer europeo en contagiarse con la enfermedad, que carece de cura y a Juliana Bohl, la monja española que lo acompañaba, aunque ella no ha presentado síntomas del virus.

Serán instalados en el hospital Carlos III, donde el piso sexto ya fue vaciado sólo para ellos.

En Sierra Leona, donde el virus se ha cobrado 286 vidas, el gobierno desplegó soldados para proteger los centros en los que pacientes del ébola han sido puestos en cuarentena.

Además, la Asociación de Futbol Sierraleonesa canceló todos los partidos. La Unión Africana también anuló una rotación de tropas sierraleonesas para su misión en Somalia.

En EU, el médico y la misionera repatriados tras contraer ébola en Liberia siguieron mejorando ayer en un hospital de Atlanta, donde prácticamente son “conejillos de indias” de un tratamiento experimental que hasta ahora no se había ensayado en humanos.

El presidente Barack Obama recalcó que aún no se tiene toda la información para saber si el fármaco es de ayuda y que “tenemos que dejar que la ciencia nos guíe”.