WASHINGTON.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidió ayer levantar la alfombra para dejar al descubierto y combatir la epidemia del asalto sexual —un fenómeno que hoy afecta a una de cada cinco mujeres en los campos universitarios— en las fuerzas armadas o en su centros de trabajo.

“Vivir libres de la amenaza de asalto sexual es un derecho humano básico. Ningún hombre tiene el derecho de levantar la mano contra una mujer. Sólo cuando se trate de un acto en defensa propia”, aseguró el presidente Obama al dar a conocer una iniciativa que buscará abatir el fenómeno del asalto sexual contra la mujer.

Acompañado por el fiscal general, Eric Holder, el secretario de Educación, Arne Duncan, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, y por Valerie Jarret, una de sus más cercanas colaboradoras, el presidente prosiguió así con una campaña que surgió desde el año pasado, cuando decidió poner un alto al preocupante índice de asaltos sexuales en las fuerzas armadas.

“La violencia sexual es algo más que un delito contra las personas. Es una amenaza para nuestras familias. Es una amenaza para nuestras comunidades. En última instancia, pone en peligro a todo el país. Se rompe el tejido de nuestras comunidades”, enfatizó Obama, quien firmó un memorándum para crear una fuerza especial que responda a las violaciones en las universidades.

Casi 22 millones de mujeres han sufrido un asalto sexual en EU, según un nuevo informe de la Casa Blanca difundido ayer. Pero a pesar del elevado número de mujeres que son víctimas de agresiones de este tipo, sólo 12% se atreve a interponer una denuncia. Unos 1.6 millones de hombres también han sido violados, señala el reporte.

En este sentido, el presidente anunció ayer que ha dado un plazo de 90 días a la fuerza especial para que presente propuestas concretas para implementar en los colegios y universidades, a fin de prevenir el problema del asalto sexual, un fenómeno que está vinculado con el abuso de alcohol y enervantes.

Según el estudio de la Casa Blanca, las víctimas de abuso sexual sufren secuelas que se traducen en ataques de depresión, abuso de alcohol, drogas o antidepresivos, fatiga crónica y hasta diabetes.

Jarret aseguró que Obama “está comprometido en solucionar este problema, no sólo como presidente de Estados Unidos sino como padre de dos niñas”.

“El asalto sexual es una afrenta a nuestros valores de decencia y de humanidad. Para las sobrevivientes, el dolor terrible puede tardar años, incluso décadas en desaparecer. A veces dura toda la vida”, dijo el mandatario al dejar en claro que su gobierno no bajará la guardia contra un fenómeno que es incompatible con la condición de democracia avanzada que tiene EU.

El mandatario reiteró además su intención de tampoco bajar la guardia ante el fenómeno de la violencia contra las mujeres y señaló que, como parte de esta campaña, se ha entrenado mejor a los cuerpos policiales y a los fiscales para rescatar de ese flagelo a millones de mujeres que muchas veces abandonan su hogar para buscar refugio con familiares o amigos.

Por el derecho al aborto

Por otro lado, el presidente llamó a “renovar” el compromiso con el derecho al aborto, al cumplirse 41 años del fallo judicial por el que es legal esa práctica en Estados Unidos. “Reafirmamos nuestro firme compromiso con la protección del acceso de la mujer a la atención médica económica y segura, su derecho constitucional a la privacidad, incluyendo el derecho a la libertad reproductiva”, dijo Obama en un comunicado.

“Estamos decididos a reducir el número de embarazos no deseados, apoyar la salud materno-infantil y seguir construyendo comunidades seguras y saludables para todos nuestros niños. Este es un país donde todo el mundo se merece la misma libertad y las mismas oportunidades para cumplir sus sueños”, agregó.

En coincidencia con el aniversario del fallo del Tribunal Supremo y pese al temporal de nieve que afecta el norte de EU, miles de personas provenientes de todo el país se manifestaron en Washington contra el aborto, en el día que cumplió 41 años el dictamen “Roe vs Wade” del Tribunal Supremo, que abrió la puerta al aborto legal en el país. “Somos abortistas del aborto”, “El aborto es asesinato”, rezaban las pancartas de los asistentes. (Con información de agencias)