Washington.— Cuando falta menos de un mes para las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos —en las que los republicanos podrían hacerse con el control de ambas cámaras en el Congreso—, al presidente Barack Obama y a los demócratas les ha surgido un verdugo inesperado.

Se trata del ex secretario de Defensa Leon Panetta, quien ha aprovechado el lanzamiento de su libro Worthy Fights (Peleas que valen la pena) para acusar al presidente al que alguna vez sirvió de “haber perdido el camino” y de “dañar seriamente el liderazgo de Estados Unidos” en el mundo con sus muchas dudas y sus errores de cálculo en la guerra en Irak.

“No haber actuado frente a Siria, cuando había pintado una raya roja y había advertido al régimen (de Bashar al-Assad) de las severas consecuencias (de su represión), creo que dañó seriamente el liderazgo de EU en el mundo”, dijo ayer Panetta en una entrevista con la CNN a propósito de su libro.

Las dudas de Obama, según Panetta, han sido la causa directa del caos y la amenaza terrorista del Estado Islámico (EI) que, considera, fue producto de esa indecisión y que hoy mantiene en jaque a Estados Unidos y a sus aliados en Medio Oriente y Europa.

Para Panetta, la mayor debilidad de Obama es su “reticencia a convencer a sus oponentes y recabar apoyos para su causa”. El mandatario, insiste el ex secretario de Defensa, se deja llevar más por “la lógica de un profesor de derecho, que por la pasión de un líder”.

Las declaraciones de Panetta han cimbrado a las filas demócratas y a defensores a ultranza del presidente Obama, como el vicepresidente Joe Biden, quien ha insinuado que Panetta no sólo es ingrato, sino un oportunista. “Pudo esperar otro momento para lanzar su libro. Al menos hubiera esperado a que el presidente abandonara la Casa Blanca”, aseguró Biden.

El libro sale a la luz poco más de un mes después de que la ex secretaria de Estado y más firme aspirante demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, se viera obligada a pedir disculpas a Obama tras unas declaraciones a la revista The Atlantic en las que criticó la moderación y dudas del presidente frente al conflicto en Siria. La entrevista de Clinton tenía como objetivo elevar las ventas de su libro Hard Choices (Decisiones Difíciles).