Obama juega con nosotros, dicen hispanos
CAMBIO. Imagen del 30 de junio pasado, cuando el presidente Barack Obama, acompañado por el vicepresidente Joe Biden, dijo que tomaría acciones migratorias. (Foto: JACQUELYN MARTIN AP )
WASHINGTON.— Tras un corto proceso de reflexión, el presidente estadounidense Barack Obama decidió ayer aplazar una batería de órdenes ejecutivas para aliviar la situación de millones de indocumentados. La medida, que causó un profundo malestar entre los aliados del mandatario en el frente migratorio, confirmó la creciente preocupación de la Casa Blanca por la posible pérdida del control del Senado en noviembre, lo que convertiría a Obama en un rehén del Congreso en el último tramo de su presidencia.
Según confirmó ayer un alto funcionario de la Casa Blanca, tras una minuciosa valoración “el presidente cree que, con la polarización de este tema por parte de los republicanos, sería muy perjudicial para las perspectivas a largo plazo de una reforma migratoria integral anunciar medidas administrativas antes de las elecciones” de noviembre. Por ello, añadió, “el presidente tomará las medidas en materia de inmigración antes de que finalice el año”.
“Es otra bofetada a la cara de la comunidad latina e inmigrante”, consideró Cristina Jiménez, directora de United We Dream, una organización que agrupa a jóvenes indocumentados. “Cuando hemos exigido el liderazgo y el coraje de los demócratas y el presidente, hemos recibido más que promesas rotas y la falta de valentía política”, lamentó. Jiménez indicó que “el presidente y el Partido Demócrata están felices de jugar juegos políticos con las vidas de nuestras familias”.
La decisión de aplazar las medidas de alivio, que habrían pasado por la expansión del programa de acción diferida (DACA) que ha beneficiado a casi 700 mil hijos de indocumentados y la suspensión de deportaciones no prioritarias, cayó como un proyectil de carga profunda con ondas expansivas que podrían traducirse en la deserción de miles de electores hispanos al bando de los independientes en las legislativas de noviembre próximo y en las presidenciales de 2016.
Según una encuesta Gallup de julio pasado, más del 50% de los hispanos menores de 30 años se declaran independientes, mientras que aquellos mayores de 50 o 60 años mantienen su lealtad demócrata. En otras palabras, el electorado menor de 30 años ha dejado de apoyar de forma incondicional a un Partido Demócrata que ha abusado de sus promesas incumplidas en el frente migratorio.
Desde su campaña por la presidencia en 2008, Obama prometió una reforma migratoria que sacrificó en su primer mandato de control demócrata en la Cámara Baja y el Senado para sacar adelante su reforma de salud.
Tras las elecciones legislativas de 2010, con la pérdida de la mayoría en la Cámara Baja, los intentos por resucitar la reforma migratoria desde el Senado se toparon con el sistemático bloqueo de los republicanos y hoy con el pavor de los senadores demócratas a perder las elecciones en estados como Alaska, Arkansas, Carolina del Norte y Louisiana. “Es muy decepcionante comprobar que políticos oportunistas, que esperan que los latinos les apoyen durante los buenos tiempos, los abandonen después cuando las cosas s ponen difíciles”, aseguró ayer Fran Sharry, de la organización America’s Voice al lamentar la decisión del presidente.
Apenas el pasado mes de agosto, el presidente prometió actuar con o sin el apoyo del Congreso para salir al paso de la crisis de los niños indocumentados que llegaron en avalancha desde Centroamérica y para aliviar la situación de millones de personas que viven en un ambiente de zozobra y con la amenaza de una inminente expulsión del país.
Un mes más tarde, el presidente decidió reconsiderar su posición ante el reclamo de senadores demócratas que temen una derrota en noviembre próximo —y con ello la pérdida del control en el Senado—, y el consejo de estrategas que le han pedido aplazar un poco más su decisión.
“Como latina me declaro decepcionada. Pero como estratega entiendo su decisión”, dijo la analista demócrata, María Cardona, al defender el anuncio del presidente como un movimiento de carácter estratégico para evitar que el Senado caiga en manos de los republicanos. Esta posición no era compartida ayer, sin embargo, por organizaciones que se sienten utilizadas y traicionadas por las promesas del presidente. “Hoy estamos completamente decepcionados y descorazonados con una decisión que pone en riesgo el sueño de millones de personas. Con esta decisión, el presidente y los demócratas han demostrado que los inmigrantes son simplemente unos peones de sus juegos políticos y sus cálculos electorales”, dijo Eddie Carmona, de la Red Nacional para la Ciudadanía o PICO. (Con información de Notimex)