Obama, abierto a negociar migración
ACCIÓN. Barack Obama, presidente de EU, al firmar una orden para no discriminar a las personas que llevan mucho tiempo sin trabajo. (Foto: CAROLYN KASTER AP )
WASHINGTON.— En el inicio de un incierto proceso, el presidente estadounidense, Barack Obama, se declaró ayer alentado y abierto a la negociación frente a la propuesta republicana para legalizar la situación de millones de indocumentados, pero sin derecho a una vía especial a la ciudadanía.
“No quiero prejuzgar la iniciativa que al final llegará a mi escritorio”, aseguró Obama en una entrevista con la cadena CNN, en la que también se manifestó en contra de la idea de concederle carta de naturaleza a personas de segunda clase en Estados Unidos.
“Creo que el principio de que no queremos dos clases de personas en Estados Unidos es compartido por mucha gente”, enfatizó Obama en alusión al apoyo que tiene la idea de conceder una vía a la ciudadanía; un 63% de los estadounidenses según un estudio del Public Religion Research Institute.
El mensaje del presidente confirmó que, por un lado, Obama da la bienvenida al cambio de actitud de los republicanos, pero también que no está dispuesto a prejuzgar el inicio de un proceso que sólo marca el arranque de un complejo proceso de negociaciones.
Las declaraciones del mandatario estadounidense, al dar la bienvenida a la propuesta de los republicanos, obligó ayer mismo a la Casa Blanca a insistir en que el hecho de que Obama se congratule por el cambio de actitud de los republicanos no significa que haya renunciado a su demanda a favor de la ciudadanía para quienes cumplan los requisitos.
“El presidente no ha cambiado de opinión en cuanto a la ciudadanía”, enfatizó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, al insistir en que el proceso de diálogo y negociación sobre el tema migratorio con los republicanos se encuentra en una fase muy inicial.
Nada más escuchar las palabras del presidente, desde el Partido Republicano reaccionaron en un tono inusualmente positivo.
“Creo que el presidente ha entendido el grado de dificultad que tenemos los republicanos. Y por ello su pronunciamiento ha sido esperanzador”, aseguró ayer el congresista republicano por Florida, Mario Díaz Balart, en alusión al enorme grado de dificultad que hoy enfrentan los republicanos para abandonar el extremo en el que los ha arrinconado el Movimiento del Tea Party durante casi cuatro años para deslizarse gradualmente hacia el centro y negociar una reforma migratoria.
En este sentido, Díaz Balart adelantó la que será la piedra de toque de su partido para negociar desde una posición de fuerza.
“Hoy sigue habiendo mucha gente que no confía en el gobierno a la hora de asegurar la frontera (con México). Por eso, tenemos que garantizar la seguridad fronteriza primero. Tenemos que crear unas leyes muy estrictas”, subrayó el congresista Díaz Balart para confirmar así que los republicanos no piensan abandonar su vieja exigencia de una frontera inexpugnable con México.
Las propuestas de los republicanos y la respuesta del presidente Obama, han desatado un torrente de reacciones encontradas que van desde el optimismo hasta el rechazo más visceral.
Para un considerable sector del Partido Demócrata, el sólo hecho de que los republicanos hayan abandonado su discurso a favor de las deportaciones y la guerra de desgaste contra los inmigrantes, es un “gran avance”.
“Creo que ha sido un excelente punto de partida en el que se ha señalado que no habrá una vía especial a la ciudadanía”, consideró el demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez, al destacar que los legisladores republicanos en ningún momento han señalado que los inmigrantes que se legalicen jamás podrán obtener la ciudadanía por los mecanismos tradicionales.
Avanza ley para “dreamers”
El Senado del estado de Washington aprobó ayer una medida para extender la ayuda financiera universitaria a estudiantes que fueron traídos sin autorización al estado de Washington cuando eran niños (los llamados dreamers).
La iniciativa de ley 6523 fue aprobada por 35 votos a favor y 10 en contra y ahora pasará a la Cámara de Representantes para su consideración. La medida exige que los estudiantes hayan recibido un diploma de secundaria o su equivalente en el estado de Washington y que hayan vivido en el mismo durante al menos tres años antes de haberlo recibido.