CIUDAD DEL VATICANO.— Un grupo de inmigrantes mexicanos que viven es Estados Unidos se reunirá hoy con el papa Francisco con el fin de pedirle que solicite al presidente estadounidense Barack Obama, a quien recibirá en audiencia este jueves en el Vaticano, que acelere la aprobación de una reforma migratoria y que frene las deportaciones de migrantes sin papeles.

El grupo se encontraba ayer en las proximidades de la plaza de San Pedro exhibiendo un manta con la imagen de la Virgen de Guadalupe que decía: “No más deportaciones en Estados Unidos” y otra más grande que decía, en inglés, “Francisco por favor ayúdanos a legalizar a nuestros padres”.

Francisco Moreno, director de comunidades del Consejo de federaciones mexicanas (CCFM), dijo a EL UNIVERSAL que el grupo está integrado por 16 personas provenientes de California, EU, que forman parte de la “Coalición por los derechos plenos de los inmigrantes estadounidenses” y que con ellos vienen dos niñas cuyos padres “están en proceso de deportación”.

El motivo de la visita, explicó, es “hablar con el Santo Padre para que interceda ante Obama para que detenga estas expulsiones injustas e inhumanas y acelere la aprobación de la reforma migratoria para que así todos inmigrantes podamos vivir tranquilamente en Estados Unidos”.

Moreno recordó que millones de familias han sido destruidas por estas deportaciones cuando las mismas, en teoría, iban dirigidas a criminales y, sin embargo, están afectado a gente de bien que nada tiene que ver con la delincuencia.

Refiriéndose a la eventual intervención ante Obama del Papa Francisco, el director de CCFM afirmó que lo que están buscando es “un auténtico milagro, que Obama abra su corazón, sienta el sufrimiento de nuestra gente y dé una orden ejecutiva que frene las deportaciones”.

El encuentro con el Papa se debe a la gestión del padre José H. Gómez, arzobispo de los Ángeles de origen mexicano, quien luego de considerar justa la causa de estos inmigrantes se dirigió al Vaticano el cual, posteriormente, le fijó la fecha del encuentro con el Pontífice.

Una de las dos niñas que viajan con el grupo es Jersey Vargas Damián, de 10 años. “Yo quisiera decirle al Papa que nos escuche y no nos ignore, porque nuestras familias están sufriendo algo muy triste. Mi papá esta detenido por la migra, pero yo tengo la esperanza de que no lo deporten, porque yo sé cómo se comporta y que debe estar con nosotros porque somos su familia, porque tiene cinco hijos”, dijo Jersey.