Washington.— A sólo una semana de las elecciones de medio término, donde estará en juego el control del Congreso y más de 30 gubernaturas, los vientos siguen soplando a favor del Partido Republicano.

A menos que ocurra una sorpresa de última hora, los republicanos se harán con el control de ambas cámaras para condenar al presidente estadounidense Barack Obama a dos años de ostracismo en la oficina oval de la Casa Blanca y a una encarnizada batalla para evitar el desmantelamiento de su agenda del cambio.

A decir de analistas y comentaristas, el momento le pertenece al Partido Republicano.

La victoria se encuentra a la vuelta de la esquina si nos atenemos a las encuestas de medios como The Washington Post, que ayer consignó que 46% de los estadounidenses cree que los republicanos se harán con el control del Senado y, con ello, de las dos cámaras en el Congreso. Para grupos de prospección como FiftyThirtyEight, los republicanos tienen 64.5% de posibilidades de conquistar la mayoría en el Senado, contra el margen de 35.5% que los ciudadanos conceden a los demócratas para retener el control de la cámara alta.

Mal momento

“El momento pertenece a los republicanos porque las circunstancias no acompañan al presidente Obama ni a los demócratas en varios frentes”, opinó el analista Dan Balz, en alusión a la crisis por el brote de ébola, o la precaria situación en Irak y Siria.

Los colaboradores de Obama reconocen que circunstancias tan imprevistas como el impacto de los contagios por el virus de ébola han impedido al gobierno concentrar la atención de la campaña en la mejoría relativa de la economía y en la creación de nuevos puestos de trabajo. “Nunca es un buen momento para un brote de ébola”, reconoció ayer el portavoz de la Casa Blanca cuestionado sobre si la crisis por el contagio de dos enfermeras distrajo la atención de los medios y la opinión pública del mensaje de Obama y los demócratas para tratar de recuperar la confianza y el apoyo de sus electores.

Legislatura improductiva

“Estas campañas han sido de lo más aburrido”, opinó el columnista de The New York Times, David Brooks, en alusión a la decepción y hasta rechazo de los ciudadanos con una clase política que ha hecho de la última legislatura una de la más improductiva en la historia de EU.

Según el récord del Congreso, durante las décadas de los 80 o los 90, el número de iniciativas de ley que producía el Congreso rondaba las 600. En la actual legislatura, el número de iniciativas difícilmente alcanzan las 200 en promedio. La apatía y el rechazo contra la clase política y la frustración con Obama se perfilan así como los elementos que han preconfigurado una victoria republicana en la Cámara Baja —donde están en juego 435 escaños—, y muy posiblemente en el Senado.

Actualmente, los demócratas tienen la mayoría, con 53 escaños, a los que se suman los de independientes para sumar 55. Los republicanos (45 escaños) creen tener fuertes probabilidades de ganar los escaños que necesitan para inclinar a su favor al Senado e imponer a Obama la agenda hasta que deje la Casa Blanca en enero de 2017.