Los republicanos afinan su estrategia migratoria
FIRME. El líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, afirma que los demócratas no aprobarán un plan migratorio que no contemple legalizar a los indocumentados. (Foto: JONATHAN ERNST REUTERS )
WASHINGTON.— El temor a perder la presidencia de Estados Unidos en las elecciones de 2016 ha obligado a los líderes del Partido Republicano a reconsiderar su posición frente al problema de la inmigración indocumentada.
Según líderes republicanos, en los próximos días —quizá antes del discurso del Estado de la Unión que dará el 28 de enero el presidente Barack Obama— podrían dar a conocer los lineamientos principales de un marco de negociación que recogería algunos de los elementos de la iniciativa de ley aprobada en 2013 por el Senado para sacar de la sombra a más de 11 millones de indocumentados.
Entre algunos de los elementos que han adelantado figura el reforzamiento de la seguridad fronteriza, la mejora del programa E-Verify para evitar la contratación de personas sin papeles y una fórmula de legalización aún no definida para un indeterminado número de personas.
Al parecer, el tema más polémico sigue siendo el capítulo de una vía a la ciudadanía, algo que la base conservadora sigue considerando como una forma inaceptable de amnistía.
Los demócratas han advertido que no aceptarán proyecto alguno que no pase por la naturalización de millones que han esperado durante demasiado tiempo en la clandestinidad.
“No vamos a trabajar en ningún proyecto que no contenga el marco que hemos planteado”, aseguró esta semana el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, en alusión a la iniciativa aprobada en junio de 2013, que contempla el reforzamiento de la seguridad fronteriza a cambio de legalizar de forma gradual a millones de indocumentados.
Obama ha insistido en que no aceptará una propuesta que no pase por el derecho a obtener la ciudadanía.
Por lo pronto, John Boehner, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, iniciará una campaña que le permita congraciarse con la base electoral hispana y algunos sectores que poco a poco han abandonado al Partido Republicano, como poderosos magnates de Silicon Valley, personalidades de Wall Street como George Soros y hasta la Cámara de Comercio, que se ha pronunciado a favor de una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía.
Fuentes familiarizadas con el proceso de confección de las propuestas en las que participan Boehner, Erick Cantor, Bob Goodlatte y Darrel Issa, entre otros, hablan de la posibilidad de que los inmigrantes indocumentados “obtentan un estatus legal”, sin mencionar específicamente la ciudadanía.
Al parecer, el lenguaje de las propuestas será lo suficientemente ambigüo para que los republicanos ganen tiempo antes de las elecciones legislativas del 2014 y las presidenciales del 2016. De esta forma, podrán decir que siempre mostraron su disposición a resolver el problema de la migración indocumentada y que la intransigencia de los demócratas impidió un acuerdo.