Crónica. La urbe de hierro llora en español
NUEVA YORK.— Le dicen el Harlem Hispano pues a partir de las calles número 100 en el este de Manhattan, las famosas calles quinta avenida, Park y Madison Avenue se convierten en una zona muy diferente a la de los glamurosos edificios con sus porteros de sombreros de copas altas y guantes. Es precisamente ahí, entre las calles 114 y 116 de Park Avenue, en donde la gran explosión por una fuga de gas golpeó como nunca a la comunidad latina de Nueva York la mañana. de ayer.
Si bien el Harlem es conocido por ser el hogar de la mayoría de los afroamericanos de Manhattan, en estos bloques se concentra la mayor comunidad latina de la isla. Puertorriqueños y mexicanos pueblan esta zona plagada de restaurantes de comida mexicana, supermercados con productos importados de México y el Caribe así como escuelas, iglesias y hasta un impresionante museo dedicado al arte latinoamericano: El Museo del Barrio.
Aunque la comunidad latina de esta zona ha sabido aprovechar la buena ubicación que tiene dentro de la ciudad, también es cierto que se ha convertido en un barrio marginal. Es una zona en donde viven gran cantidad de inmigrantes mexicanos indocumentados, con un nivel económico muy por debajo de la clase media acomodada de Manhattan y que está llena de edificios antiguos en cuyos departamentos diminutos suelen vivir dos familias o más. Por si fuera poco, el mantenimiento de estos edificios deja mucho que desear y por lo general son inmuebles que no cumplen con todas las medidas de seguridad que la ciudad requiere para este tipo de complejos tales como medidores de gas, detectores de humo, etc.
Así, no es de extrañar que la comunidad que habita el Harlem Hispano sea más vulnerable a este tipo de incidentes pues no hay que olvidar que a pesar del constante mantenimiento y modernizaciones al que Manhattan se somete, según datos de Con Edison —la principal compañía de Gas Natural de Nueva York—, la ciudad posee conductos de gas de 56 años de antigüedad y atiende un promedio de 83 fugas de gas por cada 160 kilómetros.
Un rápido paseo por el área de la tragedia transmite de inmediato la sensación de que es un golpe latino. Todos los servicios de rescate y primeros auxilios poseen gente bilingüe que transmite a los familiares las noticias en español, así como todos los vecinos del barrio que se arremolinan para mirar con asombro lo sucedido. Uno de los edificios estaba habitado en su mayoría por mexicanos e hispanoparlantes, mientras que el otro era una iglesia cristiana hispana. Hasta el momento, las noticias no dejan de mostrar rostros mexicanos que lloran la tragedia y se preguntan el por qué. Hoy, Nueva York llora en español.