MOSCÚ/BRUSELAS/KIEV (Agencias).— La OTAN pidió ayer a Rusia que pase de las palabras a los hechos para frenar la desestabilización en Ucrania, poco después de que la Cámara Alta del Parlamento de Moscú anulase la autorización del presidente Vladimir Putin para intervenir en el país vecino a petición del mandatario ruso.

El Consejo de las Federaciones (Cámara Alta) concedió el 1 de marzo a Putin permiso para realizar una intervención militar en el país vecino, durante el punto álgido de la crisis de Crimea, pero el presidente pidió el martes que se revocase esa autorización.

En el Consejo de las Federaciones votaron a favor de la revocación 153 diputados, con un sólo voto en contra. Con este paso se quiere reducir la escalada de la situación en Ucrania. Sin embargo, el diputado Viktor Oserov advirtió que la revocación no es una decisión “eterna” y que si la situación en Ucrania vuelve a tensarse y Putin solicita de nuevo una autorización, el Parlamento volverá a actuar.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, consideró que la decisión rusa es una importante señal para el proceso de paz y se mostró a favor de nuevas negociaciones con los separatistas moderados prorrusos del este del país para lograr la paz.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mantuvo la presión sobre Rusia al reclamarle que trabaje de forma activa para lograr una solución pacífica al conflicto y frene su apoyo a los separatistas. Por ahora, afirmó el secretario general de la organización, Anders Fogh Rassmussen, no se ven “señales de que Rusia cumpla sus obligaciones internacionales”.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que Washington está trabajando con sus socios de la Unión Europea, que sostienen una cumbre en Bruselas este 26 y 27 de junio, para preparar una nueva ronda de sanciones contra Rusia en caso necesario.