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La historia detrás del plan migratorio

El Universal
Domingo 23 de noviembre de 2014
La historia detrs del plan migratorio

Opositores a las medidas ejecutivas migratorias anunciadas por Obama se manifestaron el viernes en Las Vegas, para exigir al mandatario asegurar las fronteras del país. (Foto: MIKE BLAKE. REUTERS )

En marzo, Barack Obama era considerado el "deportador en jefe". Hoy, luego del anuncio de sus acciones ejecutivas, activistas salen a la calle con la consigna: "Gracias, presidente"

Washington.— La coalición hispana cultivada con tanto cuidado por el presidente estadounidense Barack Obama empezaba a derrumbarse. La legislación inmigratoria estaba estancada, las deportaciones se acercaban a la marca de 2 millones y el presidente rechazaba tomar medidas ejecutivas.

A principios de marzo, la frustración de los partidarios generalmente leales llegó a su clímax cuando un destacado defensor de los inmigrantes llamó a Obama el “deportador en jefe”.

Entonces, Obama convocó a tres legisladores hispanos a la Oficina Oval para decirles que daría órdenes al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, de estudiar cómo se podrían aplicar las leyes inmigratorias de forma “más humana”. Esa orden dio lugar a casi nueve meses de deliberaciones sobre el alcance del poder presidencial, así como de discusiones políticas entre la Casa Blanca y los demócratas.

Obama aplazó cualquier medida hasta después de las legislativas, en las que su Partido Demócrata sufrió un duro golpe frente a los republicanos, que se hicieron del control del Congreso.

Pasada la tormenta, el presidente anunció el jueves medidas que protegerían a casi 5 millones de personas de la deportación. La siguiente crónica de las deliberaciones de Obama se basa en una veintena de entrevistas con legisladores, funcionarios, asesores legislativos y activistas. Algunos hablaron bajo la condición de anonimato al referirse a conversaciones íntimas de Obama con sus principales asesores.

La última oportunidad. En el primer semestre de 2014, Obama aún esperaba que el Congreso aprobara un proyecto de ley amplio. El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, había insinuado que ésta podría discutir el tema en mayo o junio, tras la aprobación de un proyecto bipartidista por el Senado el año anterior.

En tanto, las fuerzas del orden reportaban una enorme ola de menores que arribaban desde Centroamérica. Los detractores culparon al gobierno, diciendo que la decisión de 2012 de aplazar las deportaciones de algunos jóvenes alentaba la inmigración ilegal.

Las últimas esperanzas se desvanecieron el 10 de junio cuando el representante republicano Eric Cantor, sufrió una inesperada derrota en las primarias de Virginia que muchos atribuyeron a su apoyo a la reforma inmigratoria. “En ese momento comprendimos que la reforma inmigratoria había muerto y teníamos que concentrarnos en Obama”, dijo la activista Kica Matos.

Dos semanas después de la derrota de Cantor, Boehner dijo a Obama que no habría votación en 2014. Tras un encuentro con congresistas en la Casa Blanca, Obama anunció su decisión de soslayar al Congreso. “Si ellos no cumplen con su tarea, al menos podemos cumplir con la nuestra”, afirmó.

Verano turbulento. Obama se puso de plazo finales de agosto para hacer su anuncio, pero los demócratas temían que ello perjudicaría a los candidatos en los estados más conservadores y, en privado, algunos pidieron al secretario general de la Casa Blanca, Denis McDonough, que demorase el proceso.

En septiembre, una encuesta sobre el sentir migratorio en los estados más disputados fue desalentadora: las medidas inminentes de Obama eran profundamente impopulares.

Lineamientos. En ese tiempo, Johnson, tras bambalinas, investigaba en secreto qué medidas podía tomar Obama. Funcionarios del gobierno dijeron que Obama determinó los grandes lineamientos del plan a mediados de año, pero seguía buscando formas de aplazar la deportación de trabajadores rurales y padres de algunos inmigrantes jóvenes. Los abogados del gobierno concluyeron: legalmente, no podía hacerlo.

Tres días después de las elecciones, Obama invitó a los jefes del Congreso a un almuerzo. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Boehner hizo un último intento por detener el plan del presidente, al insinuar que la cámara baja podría votar sobre el tema en el segundo trimestre de 2015.

Obama estaba decidido. La noche del 20 de noviembre detalló su plan. Frente a la Casa Blanca, manifestantes envueltos en banderas estadounidenses festejaban con carteles que decían, “Gracias, presidente Obama”. AP



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