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La caída del Muro, un "golpe de suerte"

Pablo Sanguinetti| El Universal
Viernes 07 de noviembre de 2014

La Puerta de Alcalá de esta capital se convirtió a partir de hoy en la Puerta de Brandemburgo, al celebrar con un espectáculo de luz y sonido el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín NTX

El acto consiste en la proyección de seis minutos con gráficos y video, sonido y luz NTX

Con estas proyecciones se recordaron momentos de la II Guerra Mundial, la construcción del muro y el colorido que representó su caída el 9 de noviembre de 1989 NTX

Las imágenes se centran en Berlín, principalmente en por qué se construyó el muro, así como la reunificación de Alemania y lo que es actualmente ese país NTX

También resalta la arquitectura de la Puerta de Brandemburgo sobre la Puerta de Alcalá NTX

Las imágenes se repetirán en las noches desde este jueves y hasta el próximo domingo, día en que se conmemora el 25 aniversario de la caída del muro NTX

La cada del Muro, un

VESTIGIOS. Una mujer camina frente a los postes con 8 mil globos colocados a lo largo de donde estaba el Muro de Berlín. (Foto: FABRIZIO BENSCH / REUTERS )

Las políticas de reformas y transparencia impulsadas por Mijail Gorbachov en la Unión Soviética estimularon las creciente demandas de libertad y democracia en la Alemania Oriental, mientras miles de sus ciudadanos huían a Occidente

Berlín.— Un gran malentendido, cinco horas de vértigo y miles de personas sedientas de libertad se aliaron el 9 de noviembre de 1989 para lograr una hazaña que parecía imposible: tirar abajo el Muro de Berlín. El domingo se cumplen 25 años de una noche frenética que cambió la historia del mundo.

“Que se dieran al mismo tiempo todos los factores que llevaron a la caída del Muro fue un golpe de suerte increíble”, resumió el director de la Fundación del Muro de Berlín, Axel Klausmeier, al comentar las circunstancias que llevaron al final del gran símbolo del mundo bipolar de la Guerra Fría.

Las ya célebres imágenes de berlineses trepados al Muro que los había dividido durante 28 años habrían parecido ciencia ficción a principios de 1989, cuando Erich Honecker, líder de la Alemania comunista (RDA), aún prometía: “El Muro seguirá ahí dentro de 50 ó 100 años”.

Pero a lo largo de ese año las políticas de reformas y transparencia impulsadas por Mijail Gorbachov en la Unión Soviética avanzaron al ritmo de una creciente demanda de libertad y democracia en la RDA, mientras miles de alemanes del este huían a occidente a través de Hungría, Polonia y Checoslovaquia.

En septiembre y octubre, decenas de miles se manifestaron primero en Leipzig y luego en otros puntos de la RDA clamando “Wir sind das Volk!” (¡Nosotros somos el pueblo!). Medio millón protestaron en la céntrica Alexander Platz de Berlín oriental el 4 de noviembre contra un sistema opresor y sin perspectivas.

La presión sobre la RDA se hizo insostenible. Honecker renunció el 18 de octubre y, en un intento de calmar los ánimos, el gobierno diseñó una nueva ley para dar permisos de viaje al exterior. Pero la supuesta solución terminó precipitando los hechos en cuestión de horas debido a una confusión ya histórica.

Günter Schabowski, miembro del politburó de la RDA, comentó la nueva ley de viajes en una rueda de prensa la tarde del 9 de noviembre.

“De inmediato”

Ante la pregunta de cuándo entrarían en vigor los permisos, Schabowski buscó contrariado en sus papeles y, sin ver la fecha correcta (10 de noviembre), improvisó: “Según entiendo, de inmediato”. “Creíamos que permitiendo los viajes al extranjero salvaríamos a la RDA”, explicó Schabowski a la agencia DPA, 20 años después de esa histórica tarde. Su anuncio adelantado por error logró justo lo contrario.

El titular “la RDA abre sus fronteras” copó de inmediato cables de noticias e informativos de la televisión tras la rueda de prensa a las 19:00 horas. Un mar de personas salió a la calle y se dirigió a un paso fronterizo esperando cruzar al Berlín occidental.

Sin órdenes claras y ante una masa de 20 mil personas que gritaba “¡Abran el portal!”, los guardias del cruce de la calle Bornholmer dejaron pasar a un primer grupo sin disparar un tiro. A las 23:40 horas, la RDA daba la orden de abrir todos los pasos fronterizos de Berlín.

De noche

El Muro tendido la madrugada del 13 de agosto de 1961 para frenar el masivo éxodo a occidente caía también de noche y casi casualmente: no por un plan calculado o negociado entre líderes políticos, sino por una población que reaccionó eufórica al anuncio de una apertura de fronteras que, en realidad, nunca tuvo lugar.

Unas 20 mil personas se lanzaron a ver el oeste por primera vez, entre ellas una joven Angela Merkel de 35 años. Otros treparon al Muro en imágenes que dieron la vuelta al mundo. El símbolo de la opresión que había torcido millones de destinos y había costado la vida de al menos 138 personas por intentar cruzarlo se convertía súbitamente en motivo de fiesta.

La caída del “Muro de la vergüenza” tuvo consecuencias globales e inmediatas. Además de simbolizar el derrumbe del bloque soviético y el fin de la Guerra Fría, posibilitó la reunificación alemana un año más tarde de la mano del canciller cristianodemócrata Helmut Kohl y dejó vía libre a la Europa unida de hoy.

También planteó a Alemania enormes retos económicos y sociales aún candentes: los “paisajes floridos” prometidos por Kohl en la antigua RDA no llegaron y muchos ciudadanos se sintieron pronto defraudados. El este sigue siendo hoy más pobre y tiene mayor desempleo que el oeste, 25 años después de la caída del Muro.

Alemania recordará el aniversario el domingo con una gran fiesta junto a la Puerta de Brandeburgo, emblema de la reunificación, y un amplio programa de conciertos y conferencias que reunirán a cientos de miles de personas todo el fin de semana.

El infranqueable Muro de cemento quedó además reemplazado por una línea de 8 mil globos iluminados que forman una extraña “frontera luminosa”. El domingo serán soltados y se elevarán hasta perderse en el cielo. Un símbolo de que la división de Berlín ya sólo es un mal recuerdo.



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