Perfil. Malala Yousafzai: inspiración de muchos
Video. "A través de mi historia quiero decirle a otros niños de todo el mundo que deben defender sus derechos, no deben esperar a alguien más, su voz es más potente.” dice Yousafzai
Malala Yousafzai tiene 17 años. En 2012 sufrió un atentado a manos de los talibanes. Se recuperó en Reino Unido, donde vive con su familia. (Foto: DARREN ST APLES / REUTERS )
A sus 17 años, Malala Yousafzai no es una adolescente más. La ganadora más joven de un Premio Nobel se convirtió en un icono hace dos años, cuando sobrevivió a un ataque de los talibanes en su Paquistán natal. Desde aquel 9 de octubre de 2012, la vida de Malala cambió drásticamente: habló ante Naciones Unidas, recibió premios internacionales, fue recibida en la Casa Blanca por el presidente estadounidense, Barack Obama, y en Buckingham Palace por la reina Isabel II.
Esta joven inteligente, sensata y madura sigue enfrentándose valientemente a los talibanes. “Volveré a Paquistán y me convertiré en política”, dijo a la televisora BBC. En sus discursos, consigue hacer reflexionar incluso a los políticos, diplomáticos y empresarios más experimentados. “Nos damos cuenta de lo importante que es nuestra voz cuando nos hacen callar” escribió en su libro Yo soy Malala.
Usando un seudónimo escribió un diario para la BBC en urdu en el que relataba cómo era vivir bajo la sharia (ley islámica) y hablaba sobre la guerra y los asesinatos en el valle de Swat. La zona había caído hacía tiempo en manos de los talibanes, cuya estricta ley castiga que las mujeres reciban educación. El padre de Malala, director de una escuela en el valle del Swat, siguió mandándola a clase pese a todo.
Malala reveló su identidad cuando los talibanes fueron expulsados de la zona. Los “luchadores de dios” se sintieron tan provocados por su gesto que volvieron y abordaron su autobús escolar. “¿Quién es Malala?”, dicen que preguntó uno de los atacantes. Después le disparó a sangre fría a la cabeza. El padre, Ziauddin, se siente todavía hoy atormentado: “Era mi escuela, era mi autobús escolar”. Después siguió una odisea con varias operaciones de urgencia... Hoy, en el rostro de Malala, quien vive en Reino Unido, aún se observan cicatrices y tiene problemas de oído.
En Paquistán es una heroína. “Todas queremos ser como ella. Su valor y confianza son una verdadera inspiración”, dice una antigua compañera de clase. Pero también tiene enemigos. “Paquistán no la valora tanto como el resto del mundo”, dice la antropóloga Samar Minallah. Los talibanes han dicho que volverían a intentar matarla. DPA