CIUDAD DEL VATICANO.— Con una solemne misa en la basílica de San Pedro el papa Francisco inaugurará hoy el sínodo extraordinario de los obispos —que concluirá el 19 de octubre—, el primer gran acto colegial de su pontificado. Intitulado “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”, este sínodo abordará el amplio abanico de problemas presentes en la familia de hoy, como la reducción de los matrimonios, violencia y abusos sexuales, migración, familias de hecho y la comunión negada a los católicos divorciados que se han vuelto a casar.

Los temas de este gran evento religioso, que sentará las bases del sínodo ordinario a celebrarse en octubre del año próximo, fueron “seleccionados de las respuestas que dieron los fieles al cuestionario que el Papa envió previamente a todos los episcopados de todo el mundo”, señaló el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del sínodo al hacer la presentación.

Los graves problemas que afronta hoy la familia serán analizados por “los jefes de las iglesias orientales, los presidentes de 114 conferencias episcopales, 25 jefes de dicasterios y 191 padres sinodales”, que juntos integran la asamblea general del sínodo.

En sus sesiones también participarán 16 expertos en la materia y una serie de parejas católicas, sin derecho a votar, pero no así “las parejas ni las personas con problemas, como pueden ser los divorciados que se han vuelto a casar”, dijo a EL UNIVERSAL el cardenal Baldisseri, no sin antes precisar que los medios han dado demasiada importancia a este tema “cuando es sólo uno de los tantos que serán abordados”.

“El Nuevo Testamento nos muestra a Cristo que prohíbe sin ninguna ambigüedad el divorcio y las sucesivas nupcias sobre la base del plan original de Dios sobre el matrimonio”, se lee en la introducción del libro Permanecer en la verdad de Cristo: Matrimonio y comunión en la Iglesia Católica, publicado recientemente, entre cuyos autores destaca Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y “custodio” de la ortodoxia católica.

La generalizada oposición en la Iglesia a esta apertura obedece al hecho de que la misma podría poner en cuestión el dogma de la “indisolubilidad” del matrimonio, que el Papa ha querido poner a salvo sugiriendo sólo hacer menos rígidos los requisistos que se exige la Sacra Rota (tribunal) para anular los matrimonios.

De cualquier manera, los padres sinodales no darán soluciones a ninguno de los problemas que abordarán. En el documento final solamente emitirán “una gran propuesta” que, junto con un nuevo cuestionario que tratará temás no abordados en el encuentro, servirán como base para los trabajos del sínodo ordinario de los obispos, también dedicado a la familia, convocado para el año próximo.

El papa Francisco clausurará los trabajos de la asamblea general del sínodo con un solemne acto religioso que tendra lugar el 19 de octubre, durante el cual beatificara al papa Pablo VI, quien concluyó el Concilio Vaticano II.

Durante el mismo acto Francisco pronunciará un discurso en el que seguramente recordará a los fieles las conclusiones más relevantes a que llegaron los padres sinodales indicando, asimismo y sobre esta base, el camino que deberá seguir el sínodo de octubre de 2015.