MADRID

Hace apenas un año si se preguntaba en España quién era Pablo Iglesias la mayoría de los ciudadanos respondían recordando al fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Hoy todos se refieren al secretario general de Podemos. En apenas unos meses, Pablo Iglesias ha pasado del completo anonimato a ser la esperanza de muchos y el temor de políticos tanto del gobernante Partido Popular (PP) y del opositor PSOE, como del resto de partidos de izquierda y derechas, ya que a todos la agrupación Podemos les está quitando votos.

Nacido en Madrid hace 36 años, hijo de una abogada sindicalista y de un profesor de historia retirado, Pablo Iglesias se licenció en Derecho en 2001 y en Ciencia Política en 2004, en esta última carrera con promedio extraordinario, y comenzó a trabajar como profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid.

Sin embargo, desde muy joven ha estado ligado a los medios de comunicación.

Comenzó presentando un programa de debate político llamado La Tuerka, emitido por internet —que ahora presenta su número dos Juan Carlos Monedero—, y trabajando en Fort Apache (en Hispan TV).

Gracias a su dominio de las cámaras, de ahí pasó a participar en numerosas tertulias en programas de televisión de varias cadenas, tanto de derechas como de izquierdas con excepción de la pública Radio Televisión Española, RTVE (de la que denuncia que está vetado), lo que le dio una proyección que no tenía.

Su dominio de los debates —tiene formación en comunicación audiovisual y ha recibido cursos de locución y de presentación—, ha sido una de las claves de su éxito.

En todas sus comparecencias nunca pierde la compostura. Da igual que le acusen de apoyar a ETA, que le llamen mangante, chorizo o demagogo, que le califiquen de castrista y de chavista, que digan que su campaña electoral se financió con fondos del gobierno venezolano, que es capaz de defenderse sin perder la sonrisa ni la calma ni levantar la voz. Y siempre repitiendo el mismo discurso muy claro, pero también muy elemental, que llega tanto a los ciudadanos.

Hasta ahora lo ha hecho en platós de televisión. Seguramente a partir de las próximas elecciones generales lo tendrá que hacer en el Parlamento español. Será entonces cuando llegará la verdadera hora de Pablo Iglesias, y de Podemos.