DPA

PARÍS.— Fin, final en el Palacio del Elíseo. Tras dos semanas colmadas de especulaciones y vagos indicios, el presidente de Francia, Francois Hollande, anunció ayer que se separa de su pareja, Valerie Trierweiler.

Mediante una escueta frase, transmitida por teléfono desde el centro del poder en París, el jefe de Estado puso punto final como “hombre privado” a su relación con la hasta ahora primera dama: “Sé que estoy al final de mi vida conjunta con Valerie Trierweiler”.

El desencadenante de la crisis fue la publicación de fotos que demostrarían el presunto affaire de Hollande, de 59 años, con la actriz Julie Gayet, de 41 años, en la revista Closer el 10 de enero. Un affaire que hasta ahora no fue confirmado por los presuntos involucrados. Gayet procedió judicialmente contra la publicación, mientras que Hollande admitió que estaba atravesando problemas en su relación oficial.

Trierweiler, de 48 años, salió hace una semana de un hospital en París, donde pasó ocho días en tratamiento por depresión tras las revelaciones del semanario. Ayer, la ex primera dama agradeció vía Twitter la labor del personal del Elíseo. “Jamás olvidaré ni su entrega ni la emoción en el momento de la partida”, dijo.

Hollande y Trierweiler se conocieron cuando él aún vivía con la madre de sus cuatro hijos, la ex líder socialista Segolene Royal, con quien tampoco estuvo casado.

La candidata socialista a la presidencia en 2007 dio a conocer su separación luego de su derrota electoral frente al conservador Nicolas Sarkozy, dando a entender que Hollande tenía un affaire. Luego se supo que Hollande tenía una relación con Trierweiler, a quien se refirió como “la mujer de mi vida”.

La gran mayoría de sus últimas visitas y apariciones públicas como presidente Hollande las realizó en soledad, como su encuentro con el papa Francisco en el Vaticano, el viernes pasado, aunque Trierweiler —periodista de la revista Paris Match y madre de tres hijos de un matrimonio anterior— solía aparecer a su lado como primera dama hasta poco antes de que se difundiera el affaire.

En Francia se discute abiertamente sobre la función de la pareja junto al jefe de Estado, cuyo rol no está establecido. Mientras algunos reclaman un final de la tradición de la primera dama, otros demandan que ésta se encuentre claramente definida. Solo 17% de los franceses está a favor de dejar todo tal cual está.