Washington.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró ayer confiado en que se van a producir cambios en Cuba como consecuencia de la nueva política de Estados Unidos hacia la isla, aunque no cree que estos se vayan a dar “de la noche a la mañana”.

“El cambio va a llegar a Cuba, tiene que llegar”, dijo Obama en su última rueda de prensa del año, dos días después de anunciar la normalización de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba y horas antes de irse de vacaciones de Navidad con su familia a Hawai. Obama también apostó por el fin de embargo impuesto por su país a Cuba en 1961, pero advirtió que esto tampoco ocurrirá pronto porque debe ser el Congreso el que apruebe su levantamiento y éste necesita tiempo para “digerirlo”.

“Creo que en última instancia debemos seguir adelante y acabar con el embargo” que impuso Washington a la isla en 1961, dijo Obama, pues el embargo ha sido “contraproducente a la hora de avanzar los objetivos en los que estamos interesados”.

El presidente reconoció que el Congreso se encuentra dividido respecto a su nueva política hacia Cuba. “Hay partidarios y detractores en ambos partidos de nuestro nuevo enfoque”, reconoció el presidente, quien se mostró confiado en que en el Congreso haya “un debate saludable” sobre la necesidad o no de levantar el embargo económico y comercial a Cuba. Obama encontrará oposición en el Congreso, sobre todo por parte de los congresistas y senadores de origen cubano.

Obama descartó que vaya a visitar próximamente Cuba. El mandatario dijo que el acercamiento en las relaciones con Cuba aún no llega a un punto en que él pueda visitar la isla o que su par cubano, Raúl Castro, lo haga a Estados Unidos. Obama también dijo que es “un hombre bastante joven”, así que en algún momento de su vida espera visitar Cuba, pero que no tiene planes para hacerlo ahora.

Obama sostuvo que Cuba aún tiene un gobierno que reprime a sus ciudadanos y que no espera que eso cambie de un día para otro con la normalización de relaciones con Estados Unidos. “Lo que sé con mucha propiedad es que si seguimos haciendo lo mismo por 50 años y nada cambia, debemos probar algo diferente”, añadió.

Obama también reveló ayer detalles cómicos sobre la conversación que mantuvo el martes con Raúl Castro, que supuso el cierre del acuerdo para reanudar relaciones tras más de medio siglo de enfrentamiento.

Obama aseguró que comenzó la charla telefónica con un discurso de 15 minutos, por lo que pidió disculpas a su interlocutor. “No se preocupe, señor presidente. Usted aún es joven, aún tendrá oportunidad de romper el récord de Fidel (Castro). Una vez habló por siete horas”, reveló Obama lo que le dijo Raúl Castro, hermano del ex presidente y líder de la revolución.

Raúl Castro replicó con un discurso que duró “el doble”, según Obama, que bromeó y le dijo entonces que era algo “que viene de familia”.

En tanto, el Parlamento de Cuba aprobó ayer una declaración en respaldo a la decisión del presidente Raúl Castro de reanudar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y restablecer la normalidad en los vínculos entre ambos países.

Al iniciar la última sesión anual ordinaria de la Asamblea Nacional, a la que asiste el gobernante cubano, los parlamentarios apoyaron el discurso de Castro el pasado miércoles sobre este y otros aspectos de la futura relación con su vecino norteño.

Ese mismo día en Washington, el presidente estadounidense Barack Obama también se pronunció acerca del mismo tema al anunciar un cambio en la política de confrontación de más de medio siglo, duramente criticada por sus opositores en el Congreso.

Silencio de Fidel

En medio de las anécdotas, tensiones y sorpresas que produjo el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, un actor principal ha estado ausente: el ex mandatario y líder isleño Fidel Castro.

Hasta ahora Fidel Castro, de 88 años, no se ha pronunciado sobre un hecho histórico, el restablecimiento de las relaciones, que precisamente se congelaron cuando él y sus barbados guerrilleros en la Sierra Maestra tomaron el poder en 1959.

Alejado del poder desde 2006, cuando delegó el gobierno del ejecutivo en su hermano Raúl, quien luego asumió la presidencia tras las elecciones de 2008, el líder cubano suele aparecer en público en contadas ocasiones. Agencias