Bogotá.— La guerrilla de las FARC entregó el sábado al gobierno colombiano las coordenadas de los lugares donde serán liberados cinco secuestrados, entre ellos un general del Ejército, por cuyas retenciones el presidente Juan Manuel Santos suspendió el proceso de paz entre las partes.

El propio jefe de Estado anunció que el gobierno tiene las coordenadas y que dio instrucciones a funcionarios para que la liberación pueda concretarse la “próxima semana”.

Los primeros en ser secuestrados fueron dos soldados que cayeron en manos de los guerrilleros durante un combate en el departamento de Arauca (noreste), el 9 de noviembre.

Una semana después, integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) secuestraron en el departamento de Chocó (noroeste) al general Rubén Darío Alzate, a un cabo y una abogada de su unidad militar que lo acompañaban.

Santos anunció tras ese secuestro que mantendría suspendido el proceso de paz que se realiza en Cuba desde hace dos años hasta que las FARC liberen a los cautivos.

Tras una intensa gestión diplomática de Cuba y Noruega, países que fungen como garantes del proceso de paz, las FARC accedieron a liberar a los cuatro militares y la abogada.

Se prevé que delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reciban a los secuestrados en Chocó y Arauca, en procedimientos similares a los efectuados en los últimos años para la entrega de rehenes por parte del grupo guerrillero. El senador Jimmy Chamorro, de la coalición de gobierno de centro-derecha Unidad Nacional, dijo que el próximo miércoles formalizará una citación al general Alzate para que rinda explicaciones sobre la forma en que fue secuestrado.

El caso de Alzate ha causado gran controversia no sólo porque es la primera vez que un general cae en manos de las FARC y por la consecuente suspensión del proceso de paz, sino por la forma en que ocurrió.

Alzate no fue secuestrado en medio de un combate, como ha ocurrido con otros militares en los últimos años, sino vistiendo de civil, sin protección de sus escoltas y mientras visitaba un caserío próximo a Quibdó, la capital de Chocó, donde es notoria la presencia de la guerrilla. DPA