Ex presos de Guantánamo, agradecidos con Uruguay
POSTURA. Cori Crider, defensora de los prisioneros trasladados de Guantánamo, al dar una conferencia de prensa afuera del Hospital Militar de Uruguay. (Foto: ANDRES ST APFF / REUTERS )
A pesar de la grafía y la dicción, los uruguayos ya comienzan a acostumbrarse a los nombres de los nuevos vecinos que llegaron desde la base de Guantánamo y que permanecen en el Hospital Militar de Montevideo, según informó el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.
Mohammed Tahanmatan, palestino de 35 años; Ali Hussein Shaabaan, sirio de 32; Abd Hadi Faraj, sirio de 39 años; Ahmed Adnan Ahjam, sirio de 36; Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, tunecino de 49, y Jihad Ahmed Diyab (Abu Wael Dhiab), de 43, estaban en observación médica aunque Fernández Huidobro adelantó que se encuentran bien de salud.
Desde el domingo solicitaron estatus de refugiados, aunque el proceso formal no ha sido iniciado y será de carácter confidencial.
Los seis ex prisioneros dijeron estar agradecidos por salir de un “agujero negro” y se comprometieron a hacer aportes “positivos” mientras rehacen sus vidas en el país sudamericano, según una carta firmada por Faraj y publicada ayer por el diario local El País.
“Si no hubiera sido por Uruguay, hoy aún estaría en ese agujero negro en Cuba... En cuanto a mí y los otros prisioneros, deseo asegurarle a todos los uruguayos, incluyendo el gobierno uruguayo, que brindaremos solo buena voluntad y contribuciones positivas a Uruguay mientras aprendemos español y rehacemos nuestras vidas aquí”, agregó Faraj en la carta.
Fernández Huidobro dijo que son considerados “hombres totalmente libres” por el gobierno uruguayo, para el cual no representan una amenaza, y no tendrán limitaciones si deciden dejar el país.
Fue Dhiab, de madre argentina, quien llegó en peores condiciones físicas, por haber realizado una huelga de hambre en la base cubana. “Ayer probó mate y manifestó su intención de traer a su familia a vivir al Uruguay”, dijo a la prensa la abogada de los refugiados, Cori Crider, quien también cuestionó las condiciones en que los ex prisioneros fueron trasladados.
“Sacan personas de Guantánamo de la misma manera degradante en la que los llevaron. Los esposaron, tenían tapaojos y tapaorejas. Hasta el final la actitud del Departamento de Defensa (de EU) no fue como si estas personas fueran inocentes, sino que fue tratarlos a la fuerza hasta el final”, declaró la abogada.
Alka Pradhan, defensora del sirio Jihad Diyab, dijo que tanto él como los demás planean quedarse en Uruguay. La presencia de los refugiados concentró la atención de la opinión pública, que se manifiesta dividida ante la acogida que hizo el gobierno de los ex presos. “No fue Uruguay el único país en el mundo que acoge a refugiados”, sostuvo el vicepresidente electo, Raúl Sendic, aunque sí es el primero en América Latina que se suma a Francia, Letonia, Alemania y una decena de naciones que ya recibieron refugiados desde Guantánamo.
Una vez que los seis ex presos abandonen el nosocomio, donde se les realican evauaciones sicológicas, será el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU) el encargado de la inserción social de los ex reclusos.
Mariana Labastié, representante en Uruguay de Amnistía Internacional (AI) aseguró que “el proceso de adaptación al país llevará un tiempo, porque pasaron los últimos 10 años en un centro de reclusión” al tiempo que reconoció el “valioso aporte humanitario” del gobierno uruguayo. Con información de Agencias