WASHINGTON (Reuters).— El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, se aseguró el jueves 53 millones de dólares en ayuda de Estados Unidos, pero su par Barack Obama descartó por ahora el pedido de armas para luchar contra los separatistas prorrusos.

Las imágenes de Poroshenko sentado junto a Obama en el Salón Oval de la Casa Blanca y de la cálida recepción que recibió en un discurso en el Congreso proyectaron una muestra simbólica de solidaridad con el líder ucraniano.

La Casa Blanca anunció que Ucrania recibirá 53 millones de dólares en ayuda, incluidos 46 millones de dólares para equipamiento militar —como binoculares, detectores de morteros, chalecos antibalas y otros— para sus fuerzas de seguridad y los guardias fronterizos del este del país.

Ante el Congreso, el líder ucraniano había pedido más ayuda militar, nuevas sanciones y un estatus especial de seguridad. “Aliento enfáticamente a Estados Unidos a que otorgue a Ucrania un estatus especial de seguridad y defensa que refleje el mayor nivel de interacción con aliados fuera de la OTAN”, dijo Poroshenko en un emotivo discurso ante la Cámara de Representantes y el Senado, interrumpido frecuentemente por aplausos y ovaciones de pie.

Poroshenko pidió más ayuda para sus fuerzas armadas, yendo más allá de equipos como lentes de visión nocturna que ya han sido enviados por Washington.

“Necesitan más apoyo político de todo el mundo. Necesitan más equipamiento militar, tanto letal como no letal”, dijo. “Las mantas y los lentes de visión nocturna también son importantes, pero no podemos ganar la guerra con mantas”, agregó.

Poroshenko también pidió más sanciones en contra de Rusia por su anexión de la región ucraniana de Crimea y por respaldar el movimiento separatista.

“También pedí que Estados Unidos sea fuerte y refleje sus principios con la ampliación de las sanciones contra el agresor”, afirmó el ucraniano.

En su reunión con Poroshenko, Obama enfatizó el resultado de la diplomacia en Ucrania y alabó al líder ucraniano por colaborar en las negociaciones que llevaron a un cese del fuego. Estados Unidos y sus aliados europeos impusieron varias rondas de sanciones económicas contra Rusia.